Cuestión de dignidad

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Editorial UCA
27/11/2017

Recientemente, el Vaticano publicó el mensaje del papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz de 2018, que la Iglesia celebra el 1 de enero de cada año. El mensaje coincide con la tensión que las últimas decisiones migratorias de Donald Trump han producido en El Salvador. En efecto, Estados Unidos ha suspendido medidas de gracia para migrantes de Haití, Honduras y Nicaragua, que les permitían residir y trabajar sin temor a ser deportados. A los hondureños se les ha dado un plazo de seis meses para ir disponiendo todo para su salida. La decisión es el corolario de un discurso que desde los tiempos preelectorales de la carrera de Trump a la presidencia sataniza a los migrantes y promete su expulsión.

Frente a ese lenguaje, el papa dice lo siguiente: “En muchos países de destino se ha difundido ampliamente una retórica que enfatiza los riesgos para la seguridad nacional o el coste de la acogida de los que llegan, despreciando así la dignidad humana que se les ha de reconocer a todos, en cuanto que son hijos e hijas de Dios”. Las palabras de Francisco son claras. Nos da a entender que, dada nuestra radical igualdad desde la fe, no se puede despreciar la dignidad de las personas. Pero el desprecio a los pobres sigue pesando demasiado en algunas partes. Después de tantos años de lucha contra el racismo y la segregación racial, es vergonzoso que un sector de Estados Unidos, incluido su mandatario, mantenga un lenguaje racista. Es cierto que hay ciudades santuario y una enorme cantidad de estadounidenses solidarios y respetuosos de la dignidad humana. Pero las decisiones presidenciales están volviendo a políticas de claro tinte imperialista y racista.

El obispo de Roma enfrenta directamente los resultados que producen estas medidas antinmigrantes: “Los que fomentan el miedo hacia los migrantes, en ocasiones con fines políticos, en lugar de construir la paz siembran violencia, discriminación racial y xenofobia, que son fuente de gran preocupación para todos aquellos que se toman en serio la protección de cada ser humano”. Al final, este maltrato a los migrantes que el papa denuncia profundiza situaciones de violencia, pobreza y exclusión. Por supuesto, cada país debe poner medios y esfuerzos propios en favor de la justicia social y el desarrollo. Pero negarse a la solidaridad en las relaciones internacionales lleva a la frustración y a la construcción de redes ocultas que, desde su ilegalidad, fomentan el crimen y la violencia.

El Estado salvadoreño debe formular un plan para la posible deportación masiva de salvadoreños en Estados Unidos. Y además de la más fina política y relación diplomática con estadounidenses solidarios que podrían influir en un cambio de decisiones, tiene que mantener una posición de dignidad frente a la prepotencia de algunos funcionarios de la nación norteamericana. Que se diga que todo lo que comienza termina para justificar el fin del TPS es indignante. Pues se pretende ignorar con ello la problemática humanitaria que está detrás de la migración de nuestros compatriotas, primero con la guerra y luego con la crisis de violencia actual.

El apoyo de facto del Gobierno de Estados Unidos a la violación de derechos humanos durante la guerra civil es una deuda que debería pagarse, al menos, con una mayor receptividad y apoyo a nuestros migrantes. El consumo de droga en la sociedad estadounidense, que nos convierte en lugar de paso de estupefacientes, tampoco es ajeno a la violencia que vivimos. Frente a declaraciones cínicas o simplemente ofensivas, el Estado salvadoreño debe responder con claridad en defensa de la dignidad de El Salvador y los salvadoreños, por fuerte que sea el país que representen los funcionarios que las formulan.

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Anónimo
30/11/2017
19:24 pm
Para mi personalmente, es deseable que cuando se habla o escribe a un auditorio se debe llamar al pan, pan, y al vino, vino, en ese sentido apreciaría mucho que los del Editorial UCA me aclararan en base a que Don Francisco usó la frase \"en cuanto que son hijos e hijas de Dios\" ?
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Anónimo
27/11/2017
19:44 pm
Este es un tema que tiene un contexto muy complejo en el que radica el derecho de E.E.U.U a no permitir la entrada a extranjeros de forma ilegal y hacer cumplir sus leyes al respecto y el dar condonaciones temporales o permanentes a dichas situaciones es una \" opción\" mas no una obligación y por otro lado considero que aquellos que tienen TPS desde hace muchos años hubiesen buscado con antelación una vía para legalizar su estatus de forma permanente y no solo estar esperanzados a la renovación del TPS como si fuese un amparo vitalicio, por lo que el Papa antes de criticar la falta de humanidad y el atropello de los derechos humanos los máximos gerarcas católicos deben echar un vistazo al pasado y recordar como la iglesia de la época imperial en nombre de Cristo asesinaba y torturaba \"herejes\" por no ser cristianos católicos apostólicos romanos, ¿no pudiésemos llamar a eso racismo religioso? Evidencia de que religión y política es el mayor sinismo que existe en..
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