La más reciente encuesta del Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop) mide la opinión ciudadana sobre las pasadas elecciones, que se desarrollaron el 4 de febrero y el 3 de marzo. Si bien más de la mitad de la población considera que fueron limpias y un 22.9% no quiso opinar al respecto, el 22.5% piensa que hubo fraude, sobre todo por las fallas en el sistema informático. En la misma línea, 43.3% de la gente le tiene mucha confianza a los resultados de las elecciones; en contraste, una cuarta parte dijo tener poca. No sorprende, por tanto, que el 79.6% crea que las elecciones reflejaron la voluntad popular.
Ahora bien, la población está dividida en lo referente a la confianza que le otorga al TSE. 48.7% dice que le tiene mucha o alguna confianza, mientras 49.4% declaró tenerle poca o ninguna. A pesar de lo anterior, la población es benévola al otorgarle una nota promedio de 6.77. El 43.8% de los encuestados cree que los fallos del 4 de febrero en el sistema de transmisión fueron un error técnico, una cuarta parte (24.1%) piensa que se trató de un fraude y un 15.8% cree que fue un intento de sabotaje. Ayuda a la especulación que, más de tres meses y medio después de esas elecciones, el TSE todavía no haya dado un informe técnico que explique el origen de las fallas.
Es claro que el gran ganador de las elecciones es el partido oficial. Esto se presagiaba desde la campaña electoral, la más asimétrica desde los Acuerdos de Paz. La encuesta refleja claramente que la mayoría de la población votó por Nuevas Ideas porque apoya a Nayib Bukele. Esto a tal grado que más de la mitad de los que votaron por Nuevas ideas (53.4%) afirmó que no hubiera votado por ese partido si el candidato hubiese sido otro. Salvando las proporciones, más fidelidad partidaria profesan los que votaron por Arena y por el FMLN: 92.9% y 80% de sus votantes, respectivamente, hubieran optado por el mismo partido aunque el candidato hubiese sido otro. Sin embargo, los dos partidos siguen siendo receptores del rechazo de la mayoría de la población.
En lo referente al comportamiento de los votantes, los comicios estuvieron marcados por el desplazamiento del voto y el abstencionismo. De cada 100 personas que votaron por Arena en las elecciones presidenciales de 2019, solo 17 votaron por ese partido en 2024; 47 por Nuevas Ideas. La proporción en el caso del FMLN es un poco mayor: el porcentaje de los que votaron de nuevo por el partido de izquierda en 2024 es del 54%, pero 39% de los que le dieron el voto en 2019 votó por Nuevas Ideas este año. Como era de esperarse, 84 de cada 100 personas que votaron por GANA en 2019 votaron en esta ocasión por Nuevas Ideas.
El 4 de febrero, 52.6% del padrón electoral acudió a las urnas; el 3 de marzo, solo el 30.4%, la participación más baja desde el fin de la guerra en este tipo de elecciones. Por otra parte, la encuesta muestra que, contrario a lo que se suele pensar, la población más joven es la que menos vota. 33.8% de aquellos que les tocaba votar por primera vez no acudieron a las urnas el 4 de febrero. Quienes más se abstuvieron de emitir el sufragio en las elecciones legislativas y presidencial fueron los jóvenes de entre 18 y 25 años (30.3%), la gente de la zona rural (24,1%) y quienes no cuentan con estudios formales (26.5%). La lista se extiende entre los ausentes en la votación del 3 de marzo.
El sondeo también revela que la mayoría de la población no está informada. 81% no sabe cuántas diputaciones se eligieron en estas elecciones y 63.6% no conoce sus derechos políticos. Una buena parte ignora que el sistema de transmisión de datos del TSE falló (35%) y que por eso se implementó un nuevo conteo manual (34%). Finalmente, el sondeo de opinión confirma que el respaldo social a Bukele y su administración descansa en el régimen de excepción y que la estrategia gubernamental más afinada y exitosa es la mediática.