De nuevo las pensiones

17
Editorial UCA
12/02/2016

Ante la inminente reforma al sistema de pensiones anunciada por el Gobierno, la ANEP, Asafondos y algunas organizaciones sociales y sindicales han respondido con una defensa a ultranza del actual sistema, oponiéndose totalmente a la reforma, en particular a una que suponga volver a un sistema público de pensiones o incluso a uno mixto, público-privado. También se oponen a pasar de un sistema de capitalización individual a un sistema de reparto.

Lamentablemente, el Gobierno todavía no ha dado a conocer los términos exactos de su propuesta. Apenas ha dejado entrever algunos elementos: será un sistema mixto que ofrecerá una pensión a aquellos que en el actual sistema no han logrado cumplir con los requisitos mínimos para optar a una; y se mantendrán tanto los porcentajes de cotización vigentes como las condiciones requeridas para optar a una pensión: 55 años de edad para las mujeres y 60 años para los hombres, y contar con un mínimo de 300 cotizaciones. No se ha dicho nada sobre cómo se realizarán los cálculos para determinar el monto de las pensiones ni cómo se transitará del sistema actual al nuevo.

La manera en que el Gobierno está preparando la propuesta de reforma, sin la participación de los principales actores (los trabajadores y los empleadores), contradice los principios de participación y transparencia con los que dice querer distinguirse. Definir el sistema de pensiones de un país es un hecho trascendental, pues afecta a la sociedad en general. Por tanto, debe realizarse luego de una consulta amplia y con la participación de todos los sectores, buscando el mayor consenso posible. En el prematuramente desaparecido Consejo Económico y Social, durante la administración de Mauricio Funes, se convino que la reforma del sistema de pensiones era una necesidad y que debía tratarse y aprobarse en el seno del Consejo, por estar representada en él la mayoría de la sociedad.

Ahora bien, los opositores a la reforma defienden que la administración del sistema de pensiones siga en manos privadas e insisten en que se mantenga la dinámica individual de ahorro, es decir, que cada trabajador tenga a su nombre una cuenta con sus cotizaciones y los intereses generados por las mismas, y que ese fondo determine el valor de su pensión. Además, a su juicio, debe ser la hacienda pública (los impuestos de todos los salvadoreños) la que cubra los costos pendientes de la transición del antiguo sistema de reparto al actual. En definitiva, abogan por un sistema privado de pensiones, con cuentas personalizadas, que hoy por hoy no tiene ningún rasgo de solidaridad y que no es capaz de ofrecer a los cotizantes una pensión adecuada y coherente con los ingresos percibidos a lo largo de la vida laboral. Un sistema que mientras genera grandes beneficios a las empresas administradoras de los fondos, resulta oneroso tanto para los trabajadores como para la sociedad en general.

Lo que determina la bondad de un sistema de pensiones no es su naturaleza pública o privada, sino su capacidad para ofrecerles a los beneficiarios una pensión digna y acorde a los ingresos percibidos. Por otro lado, los sistema de pensiones deben tener la mayor cobertura posible, y ello requiere el componente solidario. Igualmente importante es su sostenibilidad, que puedan dar pensión a todos los cotizantes a lo largo del tiempo. Todo ello se puede conseguir tanto con un sistema público de pensiones como con uno privado. Pero según se elija uno u otro, deben establecerse condiciones diferentes para garantizar estos aspectos. Un sistema público bien planteado puede ofrecer mejores pensiones y ser más solidario, pero afronta más peligro de no ser sostenible en el tiempo. En cambio, un sistema privado garantiza con más facilidad la sostenibilidad, pero tiene costos altos y más dificultad para ofrecer una pensión adecuada al final de la vida laboral.

Sea público o privado, un sistema de pensiones debe fundamentarse en la responsabilidad; no ofrecer pensiones que impidan su sostenibilidad y comprometan el futuro de las siguientes generaciones. Y responsabilidad es lo que más ha faltado, tanto en los que defienden un sistema como en los que lo atacan. Es irresponsable no reconocer que el sistema actual es excesivamente oneroso para el trabajador, que no asegura una pensión adecuada y que resulta insostenible para las finanzas públicas. Igualmente irresponsable es pretender ofrecer una pensión universal digna manteniendo las tasas y el período mínimo de cotización actuales. Tan populista es decir que la reforma propuesta constituye el robo del siglo como afirmar que el paso a un sistema público o mixto resolverá el problema de las pensiones. Deshacer los errores cometidos en el pasado no es fácil. Pero es fundamental aprender de ellos para dar con una alternativa viable que no condene a la pobreza a los adultos mayores y que no siga perjudicando a la nación y comprometiendo su futuro.

Lo más visitado
5
Anónimo
17/02/2016
11:46 am
Indudablente que lo que nace mal, termina mal. Inició con engaños y poca transpariencia. A muchos nos dijeron que era obligatorio afiliarnos a una AFP, a cualesquiera de las cinco administradoras de fondos de ese momento (1998). En mi caso, yo estaba por cumplir 45 años y bien pude de acuerdo a la ley, quedarme con el sistema anterior, y les garantizo, que de acuerdo a mi historial laboral, mi pensión hubiera sido más justa que con la que tengo actualmente. Con mucha ilusión me fui a CRECER a tramitar mi pensión, y salí con una gran decepción, pues mi pensión no llegó ni a los $525.00 dólares. Esto me ha obligado a que a pesar de tener 62 años, tengo que seguir trabajando para poder cumplir con mis compromisos. Y si a eso l e agregamos, que dentro de unos tres (3) años se agoten mis ahorros en la CRECER, pues pasaré a engrosar la lista de los jubilados en que mi pensión se va a ver reducida a dos salários mínimos. Que les parece ?. Por tanto, es urgente una...
0 3 0
Anónimo
15/02/2016
08:25 am
Un editorial mucho más sensato que el último que se escribió al respecto. El sistema privado no ha funcionado, pero no por que las AFP cobren inmensas cuotas (tal vez deberían de cobrar menos) sino por la rentabilidad de más del 50 % de los fondos que se prestan al Gobierno. No es cuestión de abandonar a nadie, sino de pagar lo justo. Cómo es que en el Gobierno hay para pagar intereses de tasa de mercado para fuera pero cuando es el dinero de los trabajadores, se les paga el al rededor del 1 %, eso es lo que omiten quienes defienden la reforma. Además, asusta que rebajen a nada las pensiones para ampliar a una cobertura universal, que será solidario pero es inviable, 30 % de la población no puede mantener al resto. Hay que formalizar al sector informal, cobrarles impuestos acabaría con la popularidad del Gobierno pero se les podrá dar cobertura y mejores servicios.
0 0 0
Anónimo
13/02/2016
10:53 am
El tema es complejo y aunque el gobierno pretenda mejorar las condiciones de quienes no han logrado obtener una pensión, es preciso que este tema se discuta ampliamente y que el estos expliquen públicamente y abran un debate con todos los sectores,patronos, trabajadores, ASAFONDOS, etc. Todo con el fin que de un amplio consenso acompañe esta iniciativa y que de esa forma los opositores al sistema mixto o público-privado no tengan que estar lanzando campañas de terror a la población , pues ya es suficiente con todo lo que vivimos a diario para seguir siendo bombardeados y llenados de temor a algo que se puede resolver bajo un diálogo. Que bien hubiera sido que las corrientes que ahora poner el grito al cielo, lo hubieran hecho en aquel momento en que se privatizó el sistema y que también en ese momento hubiera habido exigencia para el diálogo y el consenso. Al final aún todavía existe desconfianza del actual sistema que en el país de exportación, (Chile) ya fracasó.
0 1 0
Anónimo
12/02/2016
19:14 pm
No tengo palabras para explicar mi caso pero es indigno la manera en que se valora la cantidad a dar a alguien que teniendo una enfermedad terminal y de una edad cercana a adulto mayor y ya no encontrar la forma de seguir cotizando pues nadie da trabajo a personas con discapacidad casi total ir sobreviviendo con $100.00 es digamos una migaja en el diario vivir,deberían de consensuar en beneficio de las mayorías...
0 5 0
Anónimo
12/02/2016
17:15 pm
Gracias, deberian instruirnos en una catedra de realidad nacional este tema, plantear los escenarios posibles; las ventajas y desventajas, explicar la formula que aplica el sistema antiguo para poner la pension y la formula de la pension que da la AFP. Dichosos los que tuvieron la opcion de quedarse en INPEP o pasarse a AFP. pobres los que a fuerza nos pasaron al nuevo sistema, la gran mayoria donde estaba la masa $$$. Investiguen si la rentabilidad del nuesto 10% es aplicada y no es menos rentable quel 3% por manejo de ellos, que lo trabajan muy bien. Abran la caja de pandora, sin miedo !! tienen gente que sabe o sabra como es el verdadero robo antiguo y el del futuro, poque seguramente el sistema estatal sera deficiente, asi que digan cual es el menos peor o desfavorable para el proletariado o mano de obra calificada.
0 9 0