De sorpresa en sorpresa

22
Editorial UCA
11/11/2016

Sin duda, este es un año de sorpresas desconcertantes. Una de ellas fue el Brexit, que decidió la separación de Reino Unido de la Comunidad Europea. Otra, el triunfo del “no” en Colombia. Y la mayor sin duda alguna, la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. A pesar de los infaltables profetas del pasado que siempre aseguran haber sabido lo que sucedería, lo cierto es que estos hecho han sorprendido. Buena parte de la gente de Reino Unido, Colombia y Estados Unidos sigue en shock, sobre todo la que participó en el respectivo proceso y votó en contra de lo que terminó sucediendo. El caso del ahora presidente electo Donald Trump es emblemático. Fuera de quienes votaron por él, muy pocos esperaban que triunfara, en especial por su enfrentamiento bruto y brutal contra la élite política y mediática de su país, incluyendo a buena parte del Partido Republicano. Parecía poco probable que un personaje con ideas y modales impresentables venciera a una política de carrera, exsenadora, ex secretaria de Estado. Trump, sin experiencia política, militar y diplomática (algo inaudito en la política estadounidense), ganó vía Colegios Electorales, indirectamente, a pesar de que Hillary Clinton obtuvo más votos.

Salvando las distancias, en El Salvador también se han dado sucesos sorprendentes. ¿Quién iba pensar que alcaldes de Arena protagonizarían bloqueos y protestas en las calles? ¿Quién hubiera vaticinado que el FMLN condenaría el uso de las arterias de la ciudad como escenario de lucha? Este tipo de protestas, pese a tener causas ideológicas y partidarias, hoy encuentran eco en los grandes medios de comunicación. Medios que durante los Gobiernos de derecha se centraban en los costos económicos y molestias que las manifestaciones causaban, ahora privilegian las razones de las protestas y relativizan el malestar ciudadano que estas provocan. Los que en el pasado protestaban, en la actualidad se oponen al reclamo. Los que antes condenaron toda forma de protesta popular, ahora las planean, las ejecutan y las apoyan, con la complicidad de buena parte de las empresas mediáticas. Ojalá este cambio de papeles sirviera para que todos los partidos y los generadores de opinión comprendieran a la gente cuando se lanza a la calle como último recurso para hacerse oír y plantear sus demandas.

En definitiva, el reto para el análisis es buscar las razones de fondo que explican el tipo de acontecimientos señalados. ¿Qué mensaje querían enviar (si es que lo había) los que en el Reino Unido votaron por separarse de la Comunidad Europea, aunque después se hayan arrepentido? ¿Cuál es el trasfondo del “no” al proceso de paz de un país como Colombia, que lleva más de medio siglo en un conflicto de baja intensidad? ¿Qué posibilitó la mayor sorpresa electoral en décadas en Estados Unidos? Algo está pasando en el mundo y no son suficientes las explicaciones superficiales a conveniencia de los intereses políticos tradicionales. En una dinámica global que parece escorarse hacia la negación e irrespeto de las diferencias, hacia el aislacionismo, es imperativo aprender de estos hechos, atenderlos, cargar con ellos, para poder caminar hacia una convivencia social basada en la justicia, la tolerancia y la solidaridad con los excluidos por el sistema.

Lo más visitado
1
Anónimo
13/11/2016
10:10 am
En el caso del NO a la firma de la paz en Colombia puede notarse el éxito de los medios de comunicación de derecha, que todo el tiempo se opusieron al diálogo y negociación con los insurgentes.Como en toda Latinoamérica, la gente se siente correctamente informada por los medios y siguen sus informaciones, aunque gran parte de la comunidad que no puede expresarse piense lo contrario. El rechazo a la paz en Colombia me recuerda la férrea oposición a las negociaciones del gobierno de Cristiani, con el Fmln, pero sobre todo de la población desinformada a quienes los medios les metían en la cabeza consecuencias apocalípticas si se dialogaba con la guerrilla, aunque algunos de los que renegaban la paz están cómodamente sentados en su curul de la Asamblea.Pienso que también el referéndum se hizo muy apresurado, ya que no se dedicó tiempo para educar a la población sobre el significado de la paz, pues quienes no fueron afectados por la guerra, lo ignoraban.
0 0 0