La última encuesta del Iudop aporta datos interesantes para que el Gobierno de Salvador Sánchez Cerén dé un golpe de timón teniendo en cuenta la opinión de los salvadoreños. Aunque la nota de 5.59 asignada al Presidente de la República luego de seis meses de gestión no es buena (en términos académicos, indica una reprobación), no hay unanimidad en el sentir de la población. El 40% considera que el mandatario está gobernando bien, frente al 39% que opina lo contrario y un 19% que dice que no está gobernando ni bien ni mal. Además, para casi la mitad los consultados (46%), el Gobierno de Sánchez Cerén supone un cambio positivo para el país, mientras que para el 40% implica un cambio negativo.
Las expectativas sobre el rumbo del país son también favorables al gobernante, pues según el 36% de la población, el país mejorará, contra un 18% que considera que empeorará. En este marco, resulta interesante que para una buena parte de ciudadanos las cosas no serían muy distintas si estuviese gobernando Arena. Solamente el 25% de los salvadoreños cree que Arena hubiera gobernado mejor, mientras que el 65% cree que lo hubiera hecho igual o peor.
La encuesta señala que a lo largo de estos meses de gestión, Sánchez Cerén no ha logrado captar más adeptos que los que lo llevaron a la Presidencia. Todos los resultados del sondeo muestran un país cuya población se divide en dos a la hora de opinar sobre el Gobierno y manifestar sus preferencias electorales. Así, se puede hablar de un empate a nivel nacional entre los que votarían por el FMLN y los que se inclinarían por Arena; ambas fuerzas políticas se reparten las simpatías de la población tanto a nivel municipal como en la elección de diputados.
En estos seis meses hemos visto un Gobierno que ha dado continuidad a las políticas de su antecesor y al que le ha faltado evidenciar más capacidad de respuesta a las demandas de la gente, así como mostrar con claridad las estrategias que impulsará para hacer realidad los cambios que El Salvador necesita. La población espera, por un lado, el cumplimento de las promesas de campaña y, por otro, una respuesta significativa a sus grandes preocupaciones. En esta línea, el 24% considera que el principal fracaso del Gobierno ha sido no combatir la violencia y para el 13%, el manejo de la economía.
La delincuencia y la economía siguen siendo los dos grandes problemas del país, y la población no ve cambios significativos en estas áreas. En el área económica, los salvadoreños señalan un deterioro importante y especialmente resienten el incremento del costo de la vida, el cual se debe en gran parte al aumento del precio de los alimentos. En lo que respecta a la seguridad ciudadana y la lucha contra la delincuencia, la gente percibe una mejor comunicación entre la PNC y la comunidad, y valora positivamente el despliegue de la Policía Comunitaria. A pesar de ello, siete de cada diez salvadoreños cree que la inseguridad y la delincuencia han aumentado a lo largo de 2014, y no tiene mucha confianza en que las cosas mejoren en el futuro.
Como medidas para un eficaz combate a la delincuencia, el 77% de la población demanda con urgencia la depuración de la Policía, así como cambios en la Fiscalía General de la República y en el sistema judicial. Más de la mitad de los encuestados, el 53%, considera que la Fiscalía no cumple con su deber de investigar el delito y el 30% señala que el sistema de administración de justicia está peor que el año pasado.
En otro orden, es común oír que la población no desea que se hurgue en el pasado y que es mayoritaria la posición de perdón y olvidó con respecto a los crímenes cometidos durante la guerra civil. La encuesta indica que esas afirmaciones no son ciertas. El 78.2% de los salvadoreños está de acuerdo en que se investiguen las violaciones a los derechos humanos de la época del conflicto; un 77.6%, que se abran los archivos de la Fuerza Armada para poder establecer el paradero de las miles de personas que desaparecieron durante la guerra; y el 75.4%, que se lleve a juicio los autores intelectuales de la masacre en la UCA.
También el Gobierno cuenta con el aval de una buena parte de la población para una verdadera reforma fiscal, que sea progresiva y justa, en la que paguen más los que tienen más. Hasta la fecha, y debido al espíritu de diálogo que el mandatario ha querido dar a su administración, no se ha logrado el consenso necesario entre las fuerzas políticas y económicas para avanzar en este tema. Sin embargo, la radical oposición de Arena y la ANEP a una verdadera reforma fiscal, que permita resolver de una vez por todas los déficits de la hacienda pública, no coinciden con la opinión de la mayoría del pueblo salvadoreño (69.4%).
Un Gobierno debe saber aprovechar el apoyo de la gente para impulsar los cambios que son necesarios, aunque no cuente con el apoyo de otras fuerzas políticas. La encuesta del Iudop le muestra a Sánchez Cerén que tiene el apoyo de la población para implementar políticas que han sido postergadas; le muestra también qué espera la gente de su gestión para darle una mejor nota en el futuro.