Deseos de año nuevo

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Editorial UCA
04/01/2016

Los deseos son un factor motivador, pues impulsan a la acción a fin de hacerlos realidad. Y así aportan ánimo y sentido a la vida. Su ausencia suele traducirse en desesperación, desesperanza, hastío. A lo largo de su historia, grandes deseos han motivado las luchas del pueblo salvadoreño. Pero desgraciadamente la mayoría de esos anhelos colectivos se han visto frustrados, lo que ha erosionado la confianza en la sociedad como espacio de realización personal. Por ello es importante que al inicio de cada nuevo año renovemos y vayamos en pos de nuestros deseos más profundos, tanto a nivel personal y familiar, como comunitario y nacional.

En este sentido, queremos compartir desde este espacio nuestros deseos más significativos para el país en 2016. Muchos de ellos son de larga data; otros responden a la coyuntura nacional. En primer lugar, deseamos que los salvadoreños, y en especial la clase política, sean capaces de ponerse de acuerdo y trabajar unidos por un proyecto de nación de mediano y largo plazo. Un proyecto que sea inclusivo, que propicie relaciones justas, que ofrezca igualdad de oportunidades, que permita la vida digna y la realización personal.

Deseamos que todos los salvadoreños estudien al menos hasta bachillerato y que al graduarse encuentren trabajo digno, de modo que se reduzca la migración. También que todos los trabajadores, sin excepción alguna, formen parte de un sistema único de protección social que ofrezca servicios de salud de calidad, pensión digna en la tercera edad y cobertura para el desempleo. Que se establezca un nuevo salario mínimo, único para todos los sectores económicos, que permita satisfacer las necesidades básicas de la familia y cubrir los gastos de salud, educación, ocio y vivienda.

Que se implemente un plan de remodelación de los asentamientos precarios, para dotarlos de los servicios de agua, electricidad, alcantarillado y recogida de residuos, y crear espacios recreativos y deportivos. Que el sistema judicial funcione de forma pronta y eficaz, de modo que los ciudadanos confíen plenamente en la justicia y acudan a ella para resolver sus diferencias y conflictos. Que los políticos no peleen por más poder, sino que sean verdaderos servidores de la población y sepan escuchar sus demandas para responder a ellas desde el Gobierno y la oposición. Que asuman su papel de servidores públicos con entrega y responsabilidad, cuidando de los fondos públicos y no permitiendo ningún tipo de corrupción.

Que la Asamblea Legislativa elija a un Fiscal General que ofrezca garantías de independencia ante los poderes políticos y económicos, que tenga todas las competencias profesionales necesarias y que defienda los intereses de las víctimas, no a los criminales. Que los empresarios se comprometan genuinamente con El Salvador; es decir, que generen el mayor número de empleos posibles, que innoven e inviertan para generar riqueza para todos, que paguen puntualmente sus impuestos y se sienten orgullosos de contribuir al bienestar y desarrollo de la población.

Que se pacte una reforma fiscal integral que le permita al Estado disponer de los recursos necesarios para realizar debidamente sus funciones, atender las necesidades de la gente y generar las condiciones para el desarrollo del país, sin tener que endeudarse aún más. Una reforma fundamentada en los principios de redistribución, progresividad, transparencia y eficiencia en el uso de los fondos. Que la violencia disminuya progresivamente, que se recupere la seguridad y la convivencia pacífica. Que los jóvenes abandonen las pandillas y tengan la posibilidad de reincorporarse productivamente a sus comunidades, al estudio o al trabajo; que dejen de ser verdugos del pueblo salvadoreño. Que los derechos humanos sean plenamente reconocidos y que el Estado trabaje para que sean una realidad para toda la población.

Estos son nuestros deseos para 2016; una lista que intenta recoger los anhelos de la mayoría del pueblo salvadoreño, en especial de aquellos que siguen esperando un cambio social, político y económico que haga justicia a tantos años de lucha por una vida digna y en paz.

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Anónimo
04/01/2016
15:23 pm
Mi carta de deseos para el 2016: 1. Que los 80,000 bachilleres de este año ingresen todos a las universidades en el 2016 y no sólo 25,000 como ha sido hasta ahora. 2. Que el salario mínimo se duplique y que ANEP y FUSADES hagan marchas callejeras para pedir que se triplique. 3. Que Saco Flores pague en la cárcel y que devuelva el dinerito (10, 15 o 20 MD Saco sabe) a la gente que perdió su familia y viviendas en las Colinas. 4. Que la clase política (difícil enumerarlos uno a uno) apliquen a los viajes a Marte, sean aceptados por la NASA y se vayan a la M.... Es decir a Marte. 5. Que la sala de lo constitucional de la CSJ anule la ley de amnistía (si de verdad les interesa el país) y que aliados por la democracia aplaudan la medida. 6. Que las reglas de las pensiones se respeten y que los diputados y magistrados donen 3/4 de su salario para mejorar la pensión mínima de nuestros abuelos.
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