Según la embajadora de Estados Unidos, Jane Manes, en El Salvador hay dinero, la cuestión, a su juicio, es a dónde va a parar. Eso lo dijo en una entrevista sobre el tema de la transparencia y la lucha contra la corrupción. La afirmación de la diplomática fue exacta y la pregunta que formuló admite más de una respuesta. En estos tiempos, más por interés político-electoral que por honestidad con la realidad, los grandes medios de comunicación insisten todos los días en que se vive una crisis económica o financiera, y eso no es del todo cierto. En El Salvador hay dinero; lo que tenemos es una crisis de las finanzas públicas, es decir, de fiscalidad, que es diferente. Otra cosa es que si el Gobierno no logra sortear la problemática fiscal, habrá crisis para las miles de familias que dependen de los fondos públicos. Y todo apunta a que la estrategia de Arena es hundir al FMLN con esa crisis, aunque se lleve por delante al país. Así tendrían servidas, según ellos, las elecciones de 2018 y 2019.
El Gobierno se debate en medio de dos batallas: la crisis fiscal y la de la violencia y criminalidad. Cree que ha perdido la primera y piensa que está ganando la segunda. Por ello, para sobrevivir a la fiscal, se ha visto forzado a sentarse con Arena. Algunos dicen que el partido de derecha le dobló el brazo. Y como cree que ha perdido la batalla económica, el Gobierno apuesta todo a la guerra contras las pandillas; espera que el éxito en ese campo le dará la ventaja en la contienda electoral. Pero eso no está nada claro. Quizás más bien le jugará en contra. En medio de esta delicada coyuntura está la gente, sufriendo los efectos la polarización y la falta de acuerdos.
¿Dónde está el dinero que hace falta en las arcas estatales? Está saliendo a la luz pública (aunque ya se sabía) que millones de dólares fueron a parar a las cuentas de funcionarios de diferentes Gobiernos de Arena. También hay un proceso abierto por la misma causa contra el expresidente Funes. Además, aproximadamente 1,500 millones de dólares son evadidos y eludidos de los impuestos cada año. Dinero hay, el problema es que se lo han robado y se lo siguen robando. El problema es que hay un sector ofensivamente rico mirando impasible a un país que se hunde.
En el diálogo con el Gobierno, los partidos han dicho que no avalarán más impuestos. Y su negativa es en parte válida, pues no es justo depositar aún más carga sobre las espaldas de un pueblo ya agobiado. Pero ¿y si los nuevos impuestos son solo para los que más tienen, los millonarios? ¿Estarían de acuerdo con eso los partidos? ¿El FMLN lo respaldaría? Hasta ahora, no lo han hecho. El FMI recomendó, entre otras cosas, crear el impuesto al patrimonio y otros tributos para el sector más rico de la población. ¿Se seguirán esas recomendaciones? De la respuesta a esas preguntas dependerá que El Salvador siga simplemente sobreviviendo o inicie el despegue hacia el desarrollo.