En homenaje a las luchas y movimientos feministas

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Editorial UCA
09/03/2015

En El Salvador, la cultura machista está muy arraigada; condiciona las relaciones, roles e identidad, e incluso incide en la opciones de realización personal. Sin duda, la prevalencia del machismo es uno de los principales obstáculos para avanzar hacia un mayor y más equitativo desarrollo humano. Desmontar sus distintos conceptos, que parten de la errónea concepción de la superioridad del hombre respecto a la mujer, no es fácil. Es una lucha que lleva ya muchos años y que ha enfrentado grandes resistencias. Sin embargo, aunque queda mucho por hacer, se ha avanzado en el camino correcto.

La lucha por el reconocimiento de la igualdad de derechos entre mujeres y hombres, por la erradicación de actitudes y comportamientos machistas y sexistas, ha conseguido victorias. La Ley de Igualdad, Equidad y Erradicación de la Discriminación contra las Mujeres y la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres promueven, por un lado, la igualdad de derechos para las mujeres y, por otro, previenen la violencia de género e impulsan su erradicación. Ambas normativas deberían ser ampliamente difundidas, conocidas a profundidad por todos y aplicadas con efectividad. Pero no menos cierto es que todavía hay brechas importantes. Actualmente, en el sistema de justicia y en la Fiscalía General de la República persisten actitudes que no responden al espíritu ni a la letra de ambas leyes; se sigue discriminando y revictimizando a las mujeres que han sufrido atropellos y crímenes.

En el país, las mujeres componen el rostro mayoritario de la pobreza y son el sector que más sufre de delitos sexuales. Es espeluznante que cada día más de siete mujeres denuncien haber sido víctimas de una agresión sexual y que al menos cuatro afirmen haber sido violadas. El año pasado se registraron 2,475 denuncias de mujeres por violencia intrafamiliar, y se contabilizaron 292 asesinadas. Si a esto se le suma que suelen recibir un salario menor que los hombres por hacer las mismas tareas y que son la mayoría de las personas que sobreviven en el mal llamado sector informal de la economía, el cuadro no es alentador y deja claro lo mucho que queda por hacer para alcanzar la plena igualdad de derechos entre hombres y mujeres, y erradicar las violencias que ellas sufren.

Aún muchas personas (en su mayoría hombres, pero también pequeños grupos de mujeres con gran poder de influencia) piensan que las luchas y movimientos feministas no las favorecen, que sus logros las perjudican y que van en contra de la humanidad. Y de ese error hacen un pernicioso dogma de fe. En contraste, según ONU Mujeres, “cada vez hay más pruebas de que el empoderamiento de las mujeres empodera a toda la humanidad”, y como efecto “las economías crecen más rápidamente, y las familias son más saludables y están mejor educadas”. Además, en la medida en que las mujeres gozan de sus derechos en igualdad de condiciones y las relaciones entre hombres y mujeres se dan en un plano de respeto y equidad, los hombres recuperan aspectos de su humanidad antes negados por las actitudes machistas y sexistas.

En este sentido, es justo reconocer el enorme trabajo, la lucha constante y tenaz de las organizaciones de mujeres y de los movimientos feministas por la exigencia y defensa de sus derechos, así como por la erradicación de la cultura machista. Lo que se ha logrado avanzar no ha sido gracias a concesiones de los hombres en el poder, sino fruto de constantes movilizaciones y denuncias, y del continuo diálogo con las instituciones del Estado y otros actores. Una suma de acciones que ha permitido formular y crear tratados y protocolos, firmar convenios nacionales e internacionales, y aprobar leyes para la protección y defensa de los derechos de las mujeres. Y con ello se han beneficiado todos los salvadoreños sin excepción.

En este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, todos los que deseamos una sociedad en la que hombres y mujeres gocen por igual de sus derechos, en la que las relaciones de género sean de equidad plena, debemos reiterar los llamados a continuar la lucha contra la cultura machista y por la erradicación de todos los factores de dominación y violencia contra las mujeres. Y a la vez, agradecer a todas las mujeres que han puesto y ponen su vida al servicio de la construcción de una sociedad con justicia, equidad y paz.

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Anónimo
26/07/2018
18:00 pm
buena informacion
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Anónimo
09/03/2015
14:42 pm
Bueno digamos no a la cultura machista, si a la igualdad y equidad de género. Gracias a todas esas mujeres y hombres que se esfuerzan por ayudar a esas mujeres en riezgo.
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