Feminicidios, una realidad degradante

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Editorial UCA
26/10/2015

La oficina de la ONU para defensa de la igualdad de género, ONU Mujeres, ha publicado un preocupante informe sobre la situación de la mujer en América Latina y el Caribe. El documento advierte que Honduras, El Salvador y Guatemala están entre los países con las tasas de feminicidios más elevadas de América. Tasas que han ido creciendo en los últimos años a pesar de la tipificación del feminicidio como delito especialmente grave y el endurecimiento de las penas para los victimarios. Por su parte, la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (Ormusa) informa desde su observatorio que en los primeros cinco meses de este año se han cometido 162 asesinatos de mujeres; 45 de ellos en San Salvador. El 65% de las asesinadas tenían entre 10 y 39 años de edad; es decir, jóvenes en su mayoría. Pero estos datos no parecen importarles a los jueces, que con frecuencia cambian la tipificación de feminicidio que presenta la Fiscalía por la de homicidio común. De hecho, según Isdemu, solo el 19% de los asesinatos de mujeres son catalogados como feminicidios, en buena parte por el machismo imperante en el sistema judicial. Lo cierto es que el modo de tratar a las mujeres antes de asesinarlas no deja duda de que se trata de feminicidios.

Ante esta situación, que viene repitiéndose desde hace varios años, es necesario replantearse con más seriedad nuestra cultura machista. El respeto a la mujer y a su igual dignidad no se manifiestan diciendo cosas bonitas el Día de la Madre o de San Valentín. Mucho menos en los concursos de belleza. Hay que trabajar, por una parte, el tema de la masculinidad. Hacer depender lo masculino del dominio de la mujer no solo es absurdo y erróneo, sino irracional. Y además es precursor de violencia. Por otra parte, es urgente proteger la participación de la mujer en las instituciones y en la vida productiva. La incorporación al mundo del desarrollo pasa necesariamente por la inclusión de la mujer en la vida laboral y educativa en niveles de igualdad con los hombres. Todo signo de supeditación de la mujer debe ser desterrado de la convivencia. La utilización de textos bíblicos para poner a la mujer en situación de inferioridad frente al hombre no solo implica un desconocimiento del pensamiento y actuación de Jesús de Nazaret, sino una tremenda ignorancia sobre cómo interpretar las influencias culturales e históricas de la Biblia.

Cuando hablamos de acuerdos nacionales, pactos de nación, proyectos nacionales de realización común, nos abocamos a temas económicos, fiscales y sociales, dejando casi siempre de lado la necesidad de una auténtica transformación cultural que rompa con las lacras del machismo y de ciertas formas de racismo. Porque la discriminación proveniente del estatus económico o de la realidad de género establece de hecho unos tipos de marginación muy semejantes a la segregación racial. Hablar de nueva cultura es buscar caminos educativos para que en las escuelas se recalque insistentemente en la igual dignidad de la persona y utilizar los medios de comunicación para frenar toda discriminación y todo mecanismo de humillación a los pobres, los jóvenes y cualquier sector en situación de inferioridad o de vulnerabilidad legal o social. Al respecto, hay esfuerzos meritorios de Iglesias, ONG y otros grupos. Pero la cultura de la igual dignidad de la persona no ha permeado aún en las estructuras de peso de El Salvador. Las leyes hablan de esta cultura, pero la sociedad continúa con el esquema mental que cataloga a las personas como superiores o inferiores según su nivel económico, cultura o sexo.

El asesinato es siempre signo de la cultura de la brutalidad, y el feminicidio en particular es un indicador de primera categoría de ella. Porque en el feminicidio se combinan los sentimientos de superioridad machista y animal con la posesividad egoísta, la cosificación de la persona y la ley del más fuerte. Sea quien sea el que lo comete, muestra un grado de brutalidad y de atraso cultural que debería estremecernos a todos. Y por lo mismo, llevarnos a multiplicar los esfuerzos, tanto estatales como sociales y privados, por impulsar una cultura humanista y religiosa fundada en la hermandad universal, en la solidaridad, la superación de los conflictos a través del diálogo y el respeto a la igual dignidad de la persona. El elevado y sostenido índice de feminicidios es una realidad degradante para El Salvador y su gente. Por eso hay que poner un verdadero empeño en combatirlo.

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Anónimo
31/10/2015
21:45 pm
¿Acaso no es usted un ser pensante Marcelo? Es evidente que nunca se ha puesto a pensar en su pequeña burbuja ignorante y egoísta. Si bien usted piensa que en este país a la mujer no se le mata solo por el hecho de ser mujer, ¿por qué un hombre asesina a una mujer que se separó de el? ¿Por qué matan a mujeres que se defienden al ser acosadas sexualmente? Ellas son asesinadas por el simple hecho de no seguir el estándar machista que los hombres ignorantes y pasionales esperan. Ese es el problema. ¿Este articulo le parece frío? Esa es una opinión torpe y subjetiva. Es claro que no entendió el proposito del texto, pensando infantilmente \"Y los hombres ¿Qué?\". El artículo no ha menospreciado ningún asesinato, le esta diciendo que el feminicidio es el fruto de una sociedad putrefacta y machista. De eso es lo que trata el escrito. Si no entiende que los feminicidos son una parte del problema de la violencia del país, usted esta a años luz de comprender la problematica...
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Anónimo
27/10/2015
21:45 pm
sobre maltratos intrafamiliares alos que tambien los hombres se ven sometidos, ya que el 40% de los hombre sufre maltrato en la familia, y debido a la sociedad machista, prefiere ser maltrado, que ridiculizado por la sociedad creyendo que sera menos hombre al exigir un derecho que todos tenemos en este caso seria la de la proteccion al bien juridico espero haya logrado darme a entender, bendiciones y exitos mujeres y hombre sin hacer ninguna distincion en cuanto a preferencias sexual que cada uno tenga puesto que incurriria en discriminacion de genero igualdad señoritas, caballeros no es de confundir...
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Anónimo
27/10/2015
21:38 pm
se respeta la opinion que cada uno tiene, puesto que la ley asi lo manda, LIBERTA DE EXPESION. mi humilde opinion es de que se deberia de trabajar mas en el autoestima de las mujeres puesto siento que ellas mismas se degradan por el hecho de ser mujer, al realizar eventos como \"veca a la mujer, es decir; todos tenemos la misma capacidad intelectual, ahora bien si buscan una igualdad a la que se refiere la constitucion, la cual es de tratar desigual a los desiguales estan mal puesto que ustedes mismas se degradan SINTINDOCE menos, ya que no lo son, y ustedes mismas cometen desigualdad al momento de la creacion de leyes (feminicidio) que nos excluyen como posibles (sujeto pasivo victimas) debido que la ley debe preveer hechos a futuros, en cuanto a que las mujeres tambien pueden ser sujetos activos en el cometimiento de delitos la misma sociedad machista se a encargado de darle mayor relevancia a estos temas, al no dar aviso alas autoridades del comiento sobre maltratos intrafa
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Anónimo
27/10/2015
18:29 pm
Adriana: \"en este país se agrede y se mata por el hecho de SER MUJER\" Falso. El porcentaje de homicidios comparado con el de feminicidios lo demuestra. En este país se agrede y se mata, punto. \"Cuando alguien me dice obscenidades o trata de tocarme en la calle y yo le respondo \"mal\", en el mejor de los casos me tratará de \"puta desagradecida\", en el peor, intentará agredirme físicamente ¿acaso eso no es odio?\" Dudo mucho que eso pase. Lo peor que puede pasar es lo que usted ha catalogado de mejor. El problema es que usted ha asumido que masculinidad significa violencia. La masculinidad es algo digno de tanto respeto como la femineidad. Usted también quiere que me solidarice con su problema a la vez que no le importa para nada lo que le pasa a los hombres.
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Anónimo
27/10/2015
07:35 am
Mire Marcelo Rodríguez, nadie está \"despreciando a los hombres\" en ninguna parte; el editorial está hablando de una realidad que usted mismo con su comentario trata de invisibilizar, en este país se agrede y se mata por el hecho de SER MUJER. Cuando alguien me dice obscenidades o trata de tocarme en la calle y yo le respondo \"mal\", en el mejor de los casos me tratará de \"puta desagradecida\", en el peor, intentará agredirme físicamente ¿acaso eso no es odio?. ¿No se da cuenta usted de que esas masculinidades son las mismas que están matando a nuestros adolescentes? ha interpretado mal el editorial de la UCA.
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Anónimo
27/10/2015
00:14 am
Es increíble la frialdad de este artículo. Más del 94 % de los asesinatos en en El Salvador son homicidios y no feminicidios. Pero claro a nadie le importan los hombres muertos. Sólo las mujeres importan. Ya basta de tanto desprecio hacia los hombres. Por ejemplo, en agosto hubo 911 asesinatos, de éstos 867 fueron homicidios. ¿Cómo esperan que uno se solidarice con los feminicidios si ustedes no se solidarizan primero con los homicidios?
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