Invitación abierta

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Editorial UCA
09/04/2018

El 11, 12 y 13 de abril se celebrará en la capilla de la UCA el décimo Tribunal Internacional para la Aplicación de la Justicia Restaurativa en El Salvador. Con un sistema judicial enfermo, una impunidad permanente y un dolor ciudadano que no ha recibido adecuada atención, los tribunales de justicia restaurativa rescatan hechos que han quedado ocultos y contribuyen a la sanación de personas agobiadas por heridas del pasado y por el silencio impuesto. A lo largo de los últimos diez años, la UCA se ha comprometido con la labor de acompañar a un buen número de víctimas de la guerra civil, tratando, junto con ellas, de recuperar la memoria, la inocencia de sus parientes y la dignidad de aquellos que fueron tratados como cosas que se arrojan al basurero de la historia. Se trata de gente digna, pacífica, amante de la tierra y de su comunidad. Creaban eso que hoy se llama cohesión social. Y porque fueron masacrados, desaparecidos, torturados, y porque la sociedad de los poderosos los obligó al silencio, la cohesión social quedó rota en El Salvador.

La justicia restaurativa trata, en primer lugar, de escuchar. Son las víctimas las que tienen la palabra. Muchas veces hay que apoyarlas en la labor de sacar a luz acontecimientos demasiado dolorosos, reprimidos en el interior de la conciencia por el miedo a la persecución y a la incomprensión. El trabajo de los psicólogos que colaboran en esta especie de parto de la memoria es extraordinario. Están a la par, consuelan, animan y alientan a las víctimas a tener el protagonismo e incluso el orgullo de haber superado tanto sufrimiento desde sus valores humanos y con frecuencia religiosos. Estas víctimas dan ejemplo de cómo enfrentar dificultades, cómo superar una historia trágica, cómo reconciliarse con la vida e, incluso, con los victimarios. El acompañamiento de jueces cercanos a ellas, capaces de escuchar, preocupados por la dimensión humana y humanitaria de los problemas, ha sido también fundamental.

Este año, en el Tribunal, al que pueden asistir todos los que aman la justicia y la paz, se revisarán cuatro aspectos de la guerra civil, que en muchos aspectos continúan vigentes de otras formas y maneras. Por medio de casos concretos, y teniendo como fondo toda la experiencia ganada hasta el momento, se abordarán las ejecuciones extrajudiciales, las masacres, las desapariciones forzadas y la tortura. No son crímenes exclusivamente del pasado, aunque se parta de ellos. Se analizarán también los patrones de comportamiento ante este tipo de delito, que son semejantes a comportamientos oficiales de la actualidad en situaciones parecidas. El fraude procesal, la nula o inadecuada investigación, la mentira y la brutalidad de las armas se repiten hoy, con mayor frecuencia de la deseada en una sociedad democrática.

Con insistencia afirmamos que El Salvador necesita paz, reconciliación y rechazo de la violencia. Los crímenes del pasado nos ayudan a entender la violencia del presente. Y las víctimas nos animan, desde su generosidad y su capacidad de perdón, así como desde el reconocimiento de la verdad, a enfrentar la situación actual de un modo distinto al del odio o la represión. La figura ejemplar de monseñor Romero logró que Naciones Unidas consagrara la fecha de su asesinato, 24 de marzo, como el Día Internacional del Derecho a la Verdad en relación con Violaciones Graves de los Derechos Humanos y de la Dignidad de las Víctimas. Ya beatificado y próxima su canonización como santo de la Iglesia a nivel universal, los salvadoreños debemos honrarlo no solo con nuestra veneración religiosa, sino sobre todo imitando su compromiso con los que sufren, con las víctimas de la historia, con la erradicación de todo aquello que es o produce violencia.

La justicia restaurativa, como fuerza desarmada y solidaria que escucha y ayuda a las víctimas a recuperar su dignidad, es un excelente instrumento de creación de cultura de paz y de futuro para este nuestro El Salvador tan crucificado por la pobreza, la violencia y la corrupción. La invitación al Tribunal está abierta a toda persona de buena voluntad.

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Anónimo
13/04/2018
08:21 am
Me parece excelente estos foros en los que se revisan y promueven estos tema. Aunque en el común de la ciudadadanía sintamos que casi no se avanza, es necesario que los que cometieron abusos sepan que hay voces organizadas que mantienen la esperanza de lograr justicia.
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Anónimo
11/04/2018
15:50 pm
Con estos eventos la UCA ha logrado que los torturados, perseguidos, secuestrados, que por diversas circunstancias se salvaron de la barbarie hagan un ejercicio de contarle al Tribunal sus sufrimientos durante la guerra, sin el temor de ser perseguidos. Esto porque las autoridades tradicionales nada han hecho para investigar de oficio el sufrimiento de estas personas y aplicar la justicia a quienes hasta hoy se niegan a colaborar con las investigaciones y hasta mantienen en cuarteles, en el interior de los locales de los partidos y en los cementerios los nombres de los depredadores y hasta les rinden culto. Vemos como en los pocos casos en los que se quiere hacer justicia los abogados defensores de los asesinos se comportan como que si defienden a grandes héroes de nuestro país. Llegó La Paz, pero la impunidad se mantiene como en tiempos de la guerra. El mismo Tribunal, en sus coclusiones, da aviso a las autoridades de los hechos, pero se niegan a actuar.
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