En estos días se está celebrando, en el campus de la Universidad, el vigésimo noveno Modelo de la Asamblea General de los Estados Americanos (MOEA), en el que participan estudiantes universitarios de los países miembros de esta organización interamericana. EL MOEA es un preludio de la verdadera Asamblea General de la OEA, que se celebrará en junio también en El Salvador. Tanto la Asamblea como el Modelo tienen como tema principal la "La seguridad ciudadana en las Américas"; muy pertinente dada la escalada de violencia y el incremento de la vulnerabilidad social en la mayoría de los países americanos.
La creciente inseguridad ciudadana en la que vivimos responde en buena medida a la incapacidad de la mayoría de las sociedades y sus gobernantes para construir naciones incluyentes, con igualdad de oportunidades para todos. Asimismo, las sociedades latinoamericanas y caribeñas no han sido capaces de ofrecer a sus ciudadanos empleos dignos y suficientes, que posibiliten la incorporación de la población en edad de trabajar a la economía. Nuestras sociedades tampoco han sido capaces de ofrecer una educación de calidad y con la suficiente cobertura para que todos los niños y todas las niñas alcancen al menos un nivel de educación media.
Unido a ello, a lo largo de las últimas décadas se ha producido un fenómeno de urbanización muy acelerado. Actualmente, con algunas pocas excepciones, en los países de nuestro hemisferio la mayoría de la población vive en las ciudades. Estas han crecido en pocos años sin planificación, por lo que no ofrecen a la ciudadanía espacios adecuados para vivienda, descanso y ocio; más bien se caracterizan por altos índices de hacinamiento y precariedad.
Otro elemento que ha favorecido el aumento de la inseguridad es la desintegración familiar, efecto en parte de la irresponsabilidad de los padres y madres, pero aún más de la perentoria necesidad de emigrar para buscar medios de vida en otros países. Así, muchos jefes o jefas de hogar han dejando a sus hijos al cuidado de familiares de primer o segundo grado. Y esta falta de la cercanía a sus padres ha propiciado que muchos adolescentes busquen en calle por falta de autoridad y de control.
Todo ello ha encontrado su caldo de cultivo en la impunidad que reina en nuestras sociedades. Ni la policía, ni la fiscalía, ni el sistema judicial, ni cualquier otra fuerza o institución que debe velar por la seguridad pública han tenido la capacidad de poner coto a la impunidad; miles de delincuentes y criminales no son perseguidos ni juzgados por sus crímenes o delitos porque nadie se ha encargado de ello. De igual manera, los programas de prevención del delito y la violencia, esenciales para mantener lejos a los jóvenes de esas dinámicas, han sido totalmente insuficientes y en muchas ocasiones inadecuados.
Por ello, es muy valioso que 300 estudiantes, procedentes de 13 países y 31 universidades, estén discutiendo sobre la seguridad del hemisferio y, desde su visión juvenil, aporten ideas y soluciones a esta problemática continental. Estamos seguros que tienen mucho que decir al respecto y que sus aportes serán más genuinos que los que realizan los funcionarios gubernamentales, pues están libres de intereses particulares y más cercanos a la realidad de la gente. Dado que la juventud es uno de los sectores de la población más afectados por la violencia, buena cosa es que los jóvenes ayuden a encontrar caminos de solución.
El MOEA es un ejercicio de democracia, de reflexión y debate, de búsqueda de acuerdos y toma de decisiones. En definitiva, es una pequeña escuela de política internacional y una oportunidad para que los jóvenes participantes se formen en los valores democráticos, tomen más conciencia de la importancia de la política en la construcción del futuro de nuestros pueblos y formulen propuestas a los gobernantes de los países miembros de la OEA que se reunirán próximamente en nuestro país. Ojalá ello abone al esfuerzo de hacer de nuestras naciones espacios cada vez más seguros, más democráticos y con un mejor nivel de vida para todos sus ciudadanos y ciudadanas.