La primera preocupación nacional

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Según el último sondeo de opinión pública del IUDOP, la delincuencia, el crimen y la violencia constituyen el principal problema del país para las dos terceras partes de la población. La situación de inseguridad es un problema antiguo; los sondeos del IUDOP de los años 2006 y 2010 ya le daban el primer lugar. Lo novedoso es que a finales de 2011, el 66% de la población está de acuerdo en que la violencia, el crimen y la delincuencia son la mayor preocupación de los salvadoreños. Este porcentaje es el más alto en la última década, siendo únicamente superado por la problemática económica en los años 2004 y 2008.

El estudio presentado ayer por el IUDOP ofrece importantes luces para entender el porqué de esta tan alta preocupación de los ciudadanos por la situación delincuencial que vive el país. En primer lugar, ello se debe al incremento real de la actividad delictiva. Durante 2011, 22.8 % de los encuestados fue víctima de un delito, en lugar del 19.8% del año pasado. Si a ello le añadimos el incremento en el número de homicidios, que desgraciadamente superan a los cometidos en 2010, no es difícil concluir que realmente la inseguridad de la población ha aumentado a lo largo de este año.

Junto al hecho del incremento en el accionar delictivo, hay otros elementos que afectan a la población y aumentan su preocupación. La población ha perdido confianza en las instituciones que tienen por misión enfrentar el crimen y opina que las mismas están siendo muy poco eficaces en el combate del delito. Entre ellas, se lleva el primer lugar la Fiscalía General de la República, que, siendo la institución rectora en el combate contra el crimen, solo goza de la confianza del 9.7% de la población. Además, dos terceras partes de los salvadoreños consideran que la Fiscalía es muy ineficiente en la tarea de combatir el delito. Si a ello se le suma que el 43.7% de los consultados considera que el narcotráfico ha aumentado en el país a lo largo del último año, es comprensible que la preocupación por la inseguridad ciudadana alcance tan altos niveles entre la población.

Para la opinión pública salvadoreña, las medidas que el Gobierno ha tomado para contrarrestar el crimen han sido insuficientes y no han tenido los resultados esperados. En este marco, llama la atención que una tercera parte de la población confíe en que la situación de inseguridad mejorará el próximo año. Por una parte, la situación es ya tan dura y difícil que solo queda esperar una mejora; de lo contrario, la vida en el país se volvería insoportable. Pero también abona a esta confianza el nombramiento y las promesas concretas de combate a la delincuencia del nuevo ministro de Seguridad Pública y Justicia, general Munguía Payés. A pesar de que muchos opinamos y tenemos razones de peso para afirmar que no es sano que un militar esté al frente de la seguridad pública, la desesperante situación que vive la población lleva a que un 67% esté de acuerdo con el nombramiento.

Sin embargo, como es obvio, no se obtendrán mejores resultados con el simple cambio del titular del Ministerio. Se requieren muchas otras cosas para enfrentar la criminalidad. Deben revisarse y corregirse los planes de seguridad de todos los entes del Estado; debe mejorarse la eficiencia de la PNC; la Fiscalía General debe superar su negligencia e incapacidad, y mostrar una voluntad decidida para el combate contra el crimen; y en el sistema judicial deben dejar de pelearse unos contra otros para ofrecer a la población una pronta y debida justicia, con jueces que actúen bajo los principios de la ley, libres de influencias e inmunes a la compra de voluntades por parte de los criminales. Solo así la situación mejorará en el futuro.

Si bien la grave situación delincuencial ha relegado al problema económico a un segundo lugar, ello no significa que la economía esté mejor hoy que el año pasado. La visión de la población al respecto es bastante pesimista; la mayoría piensa que la situación económica sigue igual o ha empeorado. Así, un 81.5% considera que el costo de la vida se ha incrementado, y las expectativas de mejora para el próximo año son bajas. Y este es otro factor importante a tener en cuenta en la lucha contra el crimen. Si la economía no mejora, si no se crean más puestos de trabajo, si los jóvenes siguen sin encontrar mejores oportunidades, difícilmente harán mella en la criminalidad las medidas que pueda tomar el Gobierno.

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