Lineamientos para una pensión digna

La propuesta de lineamientos para una reforma de pensiones presentada por algunos sindicatos introduce aspectos novedosos en el debate sobre la cuestión. El documento parte de un análisis del costo que para el Estado tienen las pensiones y de los desafíos a enfrentar para responder adecuadamente a los futuros pensionados. La propuesta sindical busca ofrecer al trabajador una mejora en los beneficios que recibirá una vez se jubile, sin olvidar que debe existir la capacidad de financiarlos. Además, aborda temas fundamentales que ninguna de las propuestas conocidas ha tenido en cuenta, como la solidaridad, la cobertura, el cambio de parámetros y la equidad de género.

Los sindicatos presentan estos lineamientos para que sean considerados en cualquier reforma que se haga al sistema de pensiones. Sin duda, ello anima al diálogo, tan necesario como ausente en este tema. Muy distintas han sido las propuestas realizadas tanto por el Gobierno como por Iniciativa Ciudadana, las cuales no han permitido el diálogo ni la sana crítica. En este sentido, es de agradecer que el documento sindical inicie dejando claro que, en buena medida, la actual problemática de las pensiones se debe al cambio de sistema que se realizó en 1996, por el costo que la transición ha generado para el país.

Dicho costo, que ha puesto en crisis las finanzas públicas, responde a tres factores. Por un lado, al pago de las pensiones del antiguo sistema público. Por otro, a los traslados de fondos del Estado al sistema privado de lo que cotizaron los que antes de la reforma estaban en el sistema público. Y en tercer lugar, al pago de la pensión mínima al terminarse el ahorro del trabajador. Calculando desde el año 2011 a 2050, la suma de todo ello asciende a 30 mil millones de dólares, lo que representa siete presupuestos nacionales anuales.

En contraste, las AFP son uno de los mejores negocios del país, gracias a un cambio de sistema que respondió a un visión neoliberal, en la que cada quien debe responder por sí mismo. Ahora, la pensión de cada trabajador depende de lo que haya logrado ahorrar a lo largo de su vida laboral. Si ahorra más de lo que cotiza, tendrá una mejor pensión; si no, su pensión será baja. Y a ello se añade que el sistema actual ofrece una pensión muy inferior al último salario recibido, tiene poca cobertura y se caracteriza por el poco tiempo que los trabajadores han cotizado a lo largo de su vida laboral.

Si el panorama no cambia, en unos años tendremos una población adulta mayor pauperizada y dependiente de sus familiares, y unas finanzas públicas quebradas. Por esto es importante que las reformas que se implementen tengan en cuenta a la gente, garanticen una pensión digna. Y a ello apuntan los lineamientos propuestos por los sindicatos. Estos saben que para tener una pensión digna es necesario aumentar la edad mínima de jubilación (algo que otras propuestas han esquivado), lo cual, además de ser una muestra de sensatez, deja entrever que los trabajadores no están conformes con una jubilación a edad temprana, cuando aún tienen mucho que ofrecer.

También es positivo que la propuesta aborde inteligentemente el tema de género: se propone una sola edad para jubilarse. El hecho de que en la actualidad la mujer pueda jubilarse antes no responde a la realidad, sino a una visión machista que perpetúa la lógica de menores ingresos para las mujeres. En cambio, se proponen bonos de reconocimiento por maternidad y por el trabajo en el hogar. Y que se reciba el 100% del salario como prestación por maternidad en lugar del 75% actual.

Como los anteriores, hay más lineamientos propuestos por los sindicatos que deben ser tomados en cuenta. Eliminar la exclusión de los trabajadores de determinados sectores (como el agrícola), permitir la incorporación de los autoempleados y crear un sistema de recaudación único sin duda alguna contribuiría a una mejor y más digna protección social para la mayoría de los salvadoreños. Los sindicatos deben ser escuchados.