Llamado a la paciencia y a la cordura

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Editorial UCA
27/02/2015

De acuerdo al Tribunal Supremo Electoral, en el padrón electoral están inscritos casi cinco millones de votantes, el 53.11% son mujeres y el 46.89%, hombres. Los ciudadanos que decidan ejercer su derecho al voto elegirán 262 concejos municipales, 84 diputados propietarios e igual número de suplentes a la Asamblea Legislativa y 20 diputados que representarán al país en el Parlamento Centroamericano. Estas elecciones serán históricas, no tanto por los resultados que arrojen, sino porque se implementan por primera vez tres medidas. En primer lugar, lo que se ha llamado voto cruzado, que se traduce en la oportunidad de elegir a diputados de distintos partidos. En segundo lugar, se elegirá directamente a los diputados al Parlacen. Y la tercera novedad es que se elegirán concejos municipales plurales, es decir, compuestos por distintos partidos.

Estas tres medidas, sin duda, son una oportunidad de avanzar en la democracia electoral. Pero una oportunidad que nace amenazada por la prisa que en su implementación supusieron las sentencias de las Sala de lo Constitucional. Por eso es importante garantizar que los comicios se celebren en el mejor ambiente y que la serenidad sea la tónica predominante. Precisamente por ser unas elecciones con estas novedades será normal que algunos ciudadanos tengan dificultades al momento de votar. Sin embargo, los principales escollos se presentarán en las mesas electorales a la hora del conteo de votos, que en esta ocasión será más complejo que antes. Por esa complejidad, el TSE ya anunció que los resultados, sobre todo en el caso de la elección de diputados, no se conocerán tan pronto como en ejercicios previos. La población tendrá, pues, que armarse de paciencia para conocer el veredicto de los que votaron.

Por todo esto, desde este espacio hacemos un llamado, en primer lugar y especialmente, a los integrantes de las 10,621 Juntas Receptoras de Votos que estarán en los 1,595 centros de votación en todo el país. Su misión primordial es garantizar el respeto a la voluntad popular, y hacerlo en un ambiente de armonía, sensatez y tolerancia. A la hora de contar los votos y las marcas, los integrantes de las Juntas deben ser prudentes y defender el voto con argumentos. Actualmente, el voto es casi la única expresión de voluntad popular que nos ha dejado esta democracia electoral, y por eso es fundamental garantizar su integridad. Todos los representantes de los partidos políticos en las mesas y en la vigilancia deben tener presente que, cuando les conviene, las cúpulas partidarias saben entenderse en la Asamblea Legislativa con pasmosa facilidad. En cambio, los pleitos y los insultos entre las bases de los partidos —entre vecinos, ahora que se implementa el voto residencial— suelen dejar secuelas en el tejido social.

También llamamos a la población a que ejerza su derecho al sufragio y haga del 1 de marzo una verdadera fiesta cívica. Para evitar problemas en la forma de votar, el ciudadano debe informarse bien antes de ir a las urnas y, por supuesto, razonar bien a quiénes dará su voto. Por otra parte, sabemos que el Tribunal Supremo Electoral ha hecho grandes esfuerzos en contra del tiempo para responder a las nuevas disposiciones electorales. Por lo histórico de este evento, debe regularlo con la máxima responsabilidad posible, con ética y profesionalismo, procesando y proveyendo los resultados con absoluta transparencia. En realidad, el papel que juegue el Tribunal después del cierre de los centros de votación será crucial para que los avances en la democracia electoral se consoliden y para que la población pueda recuperar la confianza, venida a menos, en la institucionalidad.

Finalmente, hacemos un llamado a los partidos políticos, para que piensen más en el respeto a la voluntad del pueblo que en su beneficio particular; los exhortamos a que den su voto de confianza a las instituciones electorales, a que se llenen de espíritu cívico y obedezcan todas las normativas del proceso, de modo que impere un clima de calma y civilidad. En definitiva, los invitamos a que opten por la democracia antes que por la dictadura de intereses y afanes ideológicos sectarios.

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