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Más de 3,600 personas participaron en las actividades cumbre del vigésimo octavo aniversario de los mártires de la UCA, el 11 de noviembre en el campus. Por la mañana, la jornada inició con la tradicional elaboración de alfombras, a cargo de organizaciones sociales, y grupos de estudiantes y empleados de la Universidad; y con un torneo deportivo que reunió a miembros de diferentes comunidades del interior del país identificadas con el legado de los mártires.
A las 5:30 de la tarde inició la presentación de danza con la que se compartió la llama que encendió los farolitos utilizados en la Procesión, un recorrido por el campus que es “una marcha por la justicia y la vida”, como la describió el P. Andreu Oliva, rector.
Durante el trayecto de la Procesión de Farolitos, se entonaron cantos y se hicieron estaciones en las que se reflexionó sobre el lema de la conmoración de este año: “Los hechos seguirán demostrado tercamente que no hay otra salida racional para el país que la negociación y el diálogo”.
La Procesión, encabezada por palmas decoradas y estandartes con los rostros de los ocho mártires, finalizó en las canchas techadas del Centro Polideportivo, donde se dio paso a la misa por los mártires de El Salvador. El acto litúrgico fue presidido por más de quince sacerdotes. La homilía estuvo a cargo del P. Miguel Vásquez, párroco de Arcatao.
En su mensaje, el sacerdote recordó cómo a inicios de los noventa el martirio de Elba y Celina Ramos, e Ignacio Ellacuría y sus compañeros “marcó el camino al diálogo”. Destacó la importancia de no olvidar a las víctimas de las masacres ocurridas en el marco de la guerra civil y a las actuales, para construir un país diferente. E hizo un llamado a no temer al diálogo entre todos los sectores de la vida nacional, pues es urgente empezar a “romper cadenas injustas”.
Al finalizar la misa, se entregó un reconocimiento a José Ángel Rivas, ganador del concurso del afiche conmemorativo del aniversario de este año. El creador del afiche explicó el significado del diseño y cómo todos los elementos de la composición gráfica dan vida a una parte de la Sinfonía N.° 9, en re menor, Op. 125 “Coral”, de Ludwing van Beethoven.
Durante su intervención, José Ángel entonó a capela la parte de la composición que se refleja en el afiche; a su voz se sumaron los cientos de asistentes. El canto se mezcló con el viento, que movía los rostros de los mártires pintados sobre retazos de manta. Por la emotividad con la que los asistentes la entonaron, el momento espontáneo se convirtió en un mensaje de los mártires, que con sus vidas siguen animando a la unidad nacional y a la esperanza: “Escucha, hermano, la canción de la alegría”.
Luego se dio paso al acto cultural, en el que participaron Sol Naciente, Danza Sisimitepet, Colectivo de Memoria Histórica, Las Musas, Grupo Pastoral de la UCA Nicaragua, Pescozada y Guillermo Cuéllar.
