Desaparecidos es el nombre de la exposición fotográfica que se instaló en marzo y abril en el Centro Monseñor Romero (CMR) de la UCA. Ubicada en el vestíbulo, la exhibición mostró una parte de los cientos de casos de niños desaparecidos durante el conflicto armado salvadoreño.
A pesar de que las desapariciones datan de hace más de 20 años, la problemática muy poco ha sido expuesta públicamente. Por ello, uno de los objetivos de la muestra fotográfica fue recordar a la sociedad que no es posible olvidar cuando existen graves deudas morales e históricas por saldar.
En la guerra civil, miles de personas se vieron obligadas a abandonar sus viviendas e incluso a huir del país para salvar sus vidas. Como consecuencia de los operativos militares, muchos niños se extraviaron en la desbandada familiar para huir de las balas del Ejército. Hoy día, aún hay familiares que buscan a sus niños y que desconocen si estos murieron o sobrevivieron.
En los años del conflicto armado, fue común que efectivos militares "rescataran" niños cuyos padres se separaron de ellos o habían muerto en las masacres castrenses. En la mayoría de ocasiones, las entidades armadas no permitieron que estos menores regresaran con sus familiares. Otros fueron encontrados por la Cruz Roja Salvadoreña y llevados a albergues. Debido a que sus parientes desconocían su paradero, nadie los reclamaba. Así, con la venia de un Gobierno que ningún interés tenía en facilitar el reencuentro familiar, muchos de ellos fueron dados en adopción. La mayoría encontró un hogar en el extranjero.
Localizar a estos niños —actualmente adultos— y reunirlos con sus familias es una labor que han asumido diversas organizaciones; entre estas, la Comisión Nacional de Búsqueda de Niños y Niñas Desaparecidos, creada por decreto del Ejecutivo en 2010. La Comisión es una de las instancias que colaboró con el Centro Monseñor Romero para el montaje de la exposición. En ella se plasmaron veintiséis de los casos que están siendo investigados por la instancia oficial. Uno de los más destacados es el reencuentro de Sonia Guzmán (quien recibió el nombre de Ana Ruth, al ser adoptada) con sus familiares. Y es que este fue el primer caso resuelto por la Comisión.
La exposición estuvo abierta al público del 22 de marzo al 28 de abril.