"El Negro", como es conocido cariñosamente el P. Eduardo Valdés, luego de estar al frente del Centro Pastoral de la UCA desde 2004, deja su cargo para enfrentar una nueva misión.
Originario de Panamá, ha tenido la oportunidad de estar cuatro veces en territorio salvadoreño. En cada una de esas estadías conoció a personas que le marcaron la vida, y por ello asegura que siempre recordará a El Salvador por sus rostros.
Su primer contacto con la UCA fue corto, y lo vivió en 1967, cuando cursó un trimestre como estudiante de teología. En ese entonces, conoció a los padres Ellacuría, Ibisate e Idoate, primer rector de la Universidad.
La segunda vez que arribó al país fue en 1974, cuando junto al P. Ellacuría formó el Centro de Reflexión Teológica, que luego se convirtió en la Licenciatura en Teología. Más tarde, vino por tercera ocasión en 1984, ya no como estudiante, sino como docente del Departamento de Letras, donde laboró hasta 1991. Antes de retornar a nuestro país, El Negro vivió en Nicaragua, donde por seis años se desempeñó como rector de la UCA de Managua.
Como director del Centro Pastoral, el P. Valdés se aplicó en animar, formar y estar cerca de toda la comunidad universitaria, tanto del personal docente y administrativo como de los estudiantes. Además, luchó por continuar la misión que el P. Sobrino inculcó después de la muerte de los sacerdotes jesuitas: mantener viva la memoria histórica desde la Universidad.
Ahora, a sus 60 años, el P. Valdés se dirige a Guatemala para formar parte de un nuevo proyecto en la Universidad Rafael Landívar. "Yo voy a una dirección que está recién hecha, o sea que se va a estrenar (...) la Dirección de Investigación y Proyección. Luego, veremos si esto lo podemos hacer una Vicerrectoría de Proyección Social", expresó.
Después de cerrar un ciclo más en la UCA, Eduardo Valdés finaliza su estancia y se despide de El Salvador. "Lo que yo dejo no es solamente un país, sino un pueblo y una historia que marcaron desde un inicio mi vocación de jesuita en etapas tempranas (...) Durante mi estadía, siempre estuvieron presentes rostros de personas salvadoreñas, acompañándome para llevar adelante este proyecto. En ese sentido, es una historia que siempre ha marcado mi propia historia profesional y sacerdotal".
Como despedida y reconocimiento al P. Valdés, el miércoles 23 de julio se realizó una misa, presidida por el P. José María Tojeira. En la eucaristía, los presentes oraron a Dios para que bendiga a El Negro en su futura misión.