El Salvador es uno de los seis países de América Latina y el Caribe en los que ha incrementado el hambre, según el informe “Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe” (2017), difundido por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Panamericana de Salud en el marco del Día Mundial de la Alimentación 2017.
Para hacer hincapié en la urgente necesidad de fortalecer la seguridad alimentaria en el país, el 16 de octubre la UCA fue sede en El Salvador de la celebración del Día Mundial de la Alimentación, un evento que cada año realiza la FAO en más de 150 naciones del mundo. El foro giró en torno al tema de la migración y el impacto del fenómeno en la seguridad alimentaria nutricional y en el desarrollo rural nacionales.
En el evento, titulado “Cambiar el futuro de la migración. Invertir en seguridad alimentaria y desarrollo rural”, participaron Hugo Martínez, canciller de la República; Orestes Ortez, ministro de Agricultura y Ganadería; Alan González, representante de la FAO en El Salvador; y Andreu Oliva, rector, quien dio las palabras de bienvenida a los asistentes.
Durante su participación, el representante de la FAO destacó que en el Triángulo Norte de Centroamérica la pobreza y la falta de oportunidades, los elevados niveles de inseguridad y de violencia, y la vulnerabilidad ante los intensos fenómenos climáticos han hecho de la migración casi la única alternativa para la supervivencia de una gran parte de la población.
“La migración no es solo un tema de seguridad de Estado, sino también de desarrollo integral. Podemos y queremos cambiar el futuro de la migración, por lo que la inversión en seguridad alimentaria y en desarrollo rural es fundamental para lograrlo”, afirmó González.
En esa línea, el canciller de la República dijo durante su discurso inaugural que en El Salvador ya se observan resultados de esfuerzos conjuntos y sistemáticos para frenar el fenómeno de la migración, pero “no son suficientes”. Según Martínez, el objetivo es que la migración deje de ser una obligación por falta de opciones: “El problema es cuando la gente no tiene alternativas y se ve obligado a buscar oportunidades fuera de sus lugares de origen”.
Como parte de la jornada, se desarrollaron las ponencias “Mujeres migrantes”, por Ana Elena Badilla, representante de Onumujeres; “Migración y desarrollo”, por Liduvina Magarín, viceministra para Salvadoreños en el Exterior; y “Migración, reinserción y su impacto en la seguridad alimentaria nutricional”, por el representante de la FAO en El Salvador.
Al finalizar el evento, Briggitte Calderón, estudiante de segundo año de bachillerato del Instituto Católico San Francisco de Asís (La Libertad) y Embajadora de Buena Voluntad de la FAO, tomó la palabra para llamar a los jóvenes salvadoreños a involucrarse en el desarrollo del país desde esfuerzos locales.