Discurso del representante de las facultades de Ingeniería y Arquitectura, Ciencias Sociales y Humanidades, y Postgrados

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Ernesto García
17/06/2019

Distinguidas autoridades, estimados familiares y amigos, muy queridos compañeros y compañeras, me siento honrado y feliz por tener el privilegio de compartir con ustedes este discurso de graduación.

Hoy coronamos una de las etapas más importantes de nuestra vida. Este es uno de los pocos momentos en que podemos echar la vista atrás con la satisfacción de haber culminado un proyecto personal que nos acompañará por siempre. Muchos venimos de lugares donde decían que triunfar era imposible. A pesar de ello, acá estamos, cada uno con una historia distinta, pero con el mismo desenlace. No ha sido un camino fácil, ha estado lleno de tropiezos, de altibajos, de momentos duros, pero nunca retrocedimos, no nos rendimos. Y acá estamos hoy, en nuestro día.

Ahora más que nunca debemos ser agradecidos por el privilegio de haber logrado concluir una carrera universitaria. Debemos recordar siempre que constituimos una minoría. Y que esta fortuna está acompañada de una responsabilidad social. Seamos solidarios con los que menos tienen. No perdamos de vista que ser un excelente profesional no solo demanda conocimientos técnicos, sino también un compromiso con la verdad y con la justicia.

Culminar nuestra carrera universitaria debe significar un serio compromiso con la búsqueda y construcción de una sociedad más justa, más verdadera, realmente comprometida con los que más lo necesitan. Como bien lo decía nuestro rector mártir, Ignacio Ellacuría: “No hay humanidad sin solidaridad compartida”.

Somos parte de una generación que se enfrenta a una realidad nacional radicalmente desigual e injusta, afectada por la violencia, la pobreza, la inseguridad, la corrupción y la impunidad. Por lo mismo, y a partir del ejercicio continuo de desnudarse frente al espejo y hablarse desde el fondo de uno mismo, tenemos que asumir el deber inherente de ser agentes de cambio de nuestras comunidades y de nuestro país.

Durante los años de estudio en esta universidad hemos gozado de una educación de calidad, convirtiéndonos en personas competentes y comprometidas con la justicia social, listos para asumir posiciones fuertes. El legado de Martín-Baró, Segundo Montes y sus compañeros mártires de la UCA se conserva vigente, pues nos siguen heredando “una educación con un conocimiento crítico e inteligencia social, histórica y global que es honrada con lo real”.

En ese marco, es oportuno agradecer a todas las personas que de una manera u otra nos ayudaron en este proceso. A nuestras familias, por el soporte económico, emocional o intelectual, y por las expectativas frente a nuestras ideas y su fe en ellas. A los compañeros y compañeras con los que hicimos proyectos. A cada uno de los docentes que tuvimos a lo largo del camino, quienes más que formarnos para una profesión nos han formado para la vida.

Agradecemos, además, al personal administrativo por la calidez en sus respuestas, la solidaridad con nuestros conflictos y la disposición para la escucha y la solución de inconvenientes. También al Programa de Becas Parcial de la Universidad y a la Dirección de Desarrollo Estudiantil, que vela por que los estudiantes cuenten con el mejor apoyo. A todos, muchas gracias desde lo más profundo de nuestro ser.

Invito a mis compañeros y compañeras a tener disciplina, respeto por todo lo aprendido, honor para con nosotros mismos y con esta institución. No olvidemos ser felices y liderar el futuro, haciendo quedar en alto el nombre y los valores de nuestra amada Universidad Centroamericana José Simeón Cañas.

Les deseo la mejor de las suertes, y sabiduría y serenidad para tomar las decisiones que forjarán el resto de nuestras vidas.

Muchas gracias.


* Ernesto García, graduado del Profesorado en Educación Básica Para Primero y Segundo Ciclos.

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