En apoyo a las víctimas de tortura

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Rocío Fuentes
03/06/2008

"Soy uno de tantos", afirmó Héctor Bernabé Recinos, quien fue un importante dirigente del sector sindical antes y durante la época del conflicto armado. Por eso fue apresado un largo tiempo y, asimismo, fue víctima de tortura física y psicológica. Además, su esposa y su hija fueron desaparecidas. Como él, miles de personas vivieron situaciones similares. Pero, ¿hay herramientas idóneas para poder tratar a estas víctimas? El ex líder sindical contó su historia en la presentación del libro Atención integral a víctimas de tortura en procesos de litigio. Aportes psicosociales, editado por el Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH), y que nace como respuesta a la pregunta antes planteada. 

El texto tiene como objetivo recoger el valor y el humanismo de la atención psicosocial y jurídica para prevenir y sancionar el crimen de la tortura; y forma parte de una colección que incluye cuatro obras más. Este tomo se presentó el 26 de junio en 14 países de Latinoamérica, como parte de las actividades para conmemorar el Día Internacional de las Naciones Unidas en Apoyo de las Víctimas de la Tortura. En El Salvador, la Maestría en Psicología Comunitaria y el IDHUCA fueron los encargados de organizar el evento, que se realizó en la Sala "Elba y Celina" del ICAS.

En la presentación, Pedro Cruz, abogado del IDHUCA, explicó que cuando se representan casos de víctimas de tortura no basta con la asesoría legal, sino que es necesario el enfoque completo e interdisciplinario. "Una víctima de violación a los derechos humanos tiene condiciones muy particulares que a veces olvidamos y que son necesarias tomar en cuenta (...) Hay que empezar a entender que no manejamos expedientes ni papeles, sino tramas e historias humanas, y en eso el libro es muy ilustrativo", apuntó el jurista.

Por su parte, Mauricio Gaborit, director de la Maestría en Psicología Comunitaria y jefe del Departamento de Psicología, aseguró que la publicación profundiza en las obligaciones que existen, o que deben existir, para atender las secuelas psicológicas y sociales de décadas de violencia política que han dejado huella en América Latina. "La contribución particular del texto es que busca y evidencia la confluencia de dos disciplinas, las ciencias jurídicas y las ciencias psicológicas, para articular una perspectiva comprometida", expresó.

Además, el director del IDHUCA, Benjamín Cuéllar, dio a conocer un mensaje del Director Ejecutivo del IIDH, en el que llama a crear herramientas textuales que ayuden a establecer sistemas preventivos, formular propuestas, y crear vínculos de abordaje interdisciplinarios en beneficio de las víctimas de la tortura y de sus familiares.

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