"Que los economistas del tercer milenio sigan tu ejemplo" se leía en un cartel ubicado a la entrada de la capilla de la UCA, en la que por más de 20 años el P. Francisco Javier Ibisate fungió como párroco, y que esta vez era el escenario para recordar y homenajear su legado.
Centenares de amigos, colegas y estudiantes se reunieron el pasado 24 de abril para participar de la eucaristía en la que se conmemoró el primer aniversario de la muerte del P. Ibisate, economista y pensador incansable, autor de una vasta serie de artículos para diversas publicaciones (como ECA y Realidad), director de un programa de reflexión económica en Radio YSUCA, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, y catedrático del Departamento de Economía.
El acto litúrgico fue oficiado por el P. Dean Brackley y co-celebrado por los padres José María Tojeira, Jon Sobrino, Vicente Espinoza, Jaime Cadabón y Rafael de Sivatte. La celebración fue emotiva y llena de mucho cariño a fin de recordar a un maestro, guía e intelectual que marcó la formación de varias generaciones de economistas del país.
En la homilía, el P. Brackley recordó no solo los aportes teóricos del P. Ibisate, sino también su personalidad, carisma y continua preocupación por la situación económica de los más pobres junto a su denuncia constante de la desigualdad. "Ibisate supo dar de comer y beber, y ayudó también a caminar hacia una sociedad diferente. A un año de su partida, damos gracias a Dios por él. Aunque creemos que descansa en Dios, nos cuesta creer que descanse del todo; ciertamente, está colaborando de alguna manera para construir ese reino de justicia", reflexionó el P. Brackley.
También ex alumnos del P. Ibisate compartieron unas palabras y destacaron las enseñanzas que el sacerdote les dejó no solo para sobresalir en sus ámbitos profesionales, sino para hacerlo en la vida: "Me enseñó solidaridad, rectitud, disciplina y confianza en la gente. Y que la economía es una forma de vida que debe servir a la gente", afirmó Sandra Marielos García.
La misa estuvo acompañada por las voces de los jóvenes estudiantes del Coro Universitario. "El justo florecerá como la palma y se multiplicará como cedro del Líbano" decía la letra de una de las canciones, mientras la presencia del P. Ibisate se hacía palpable gracias a una fotografía de su rostro, en la que se observaba la sonrisa y el semblante tranquilo que lo caracterizó.
Luego de la eucaristía, se llevó a cabo, en el Auditorio "Ignacio Ellacuría", un concierto-homenaje con la participación de la Orquesta Sinfónica de El Salvador, dirigida por German Cáceres. Sin lugar a dudas, la función musical fue el cierre ideal del homenaje a un sacerdote, maestro y amigo que siempre, hasta sus últimos días, creyó que un mundo mejor es posible.