Jon Cortina: amigo, pastor y compañero

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Margarita Moreno
10/12/2008

En una eucaristía muy emotiva, celebrada el 10 de diciembre en la capilla de la Universidad, catedráticos, estudiantes, representantes de organizaciones pro derechos humanos y miembros de las comunidades de Chalatenango recordaron el legado y la entrega a los más pobres del P. Jon Cortina. 

A ese espíritu de servicio se refirió el P. Jon Sobrino en su homilía, destacando que el fundador de la Asociación Pro-Búsqueda siempre tuvo una "honradez con lo real". Según el teólogo, las injusticias que día a día veía Cortina en la realidad le motivaban a buscar la verdad y el fin del sufrimiento. "Jon fue cumplidor de la palabra de Yahvé, de consolar a los que sufren (...) El sufrimiento le indignaba, pero su referente último era que el sufrimiento infringido se transformara en alivio para la gente".

Sobrino habló también sobre el privilegio de haber convivido con un sacerdote que entendió que el reino de Dios se construye defendiendo la causa de los más débiles. "Podemos alegrarnos hondamente (...) de haber conocido a un Jon Cortina entrañable (...) que representa a gente que puede consolar a los demás; y cuando hay gente así, hay esperanza de que podemos caminar juntos".

En el acto litúrgico, miembros de la comunidad universitaria se hicieron cargo de la entrega de las ofrendas y de las lecturas.

El P. Jon Cortina nació en Bilbao, España, y llegó a nuestro país en 1955. Realizó estudios en varios países, como Ecuador, Estados Unidos, Canadá, Alemania y en su tierra natal. Obtuvo un doctorado en Ingeniería y licenciaturas en Humanidades, Filosofía y Teología.

Gracias a su habilidad en el diseño estructural, logró construir puentes, pozos y carreteras en varias de las comunidades más pobres de El Salvador. Y es que desde 1986, el P. Cortina, junto a otros religiosos, trabajó por el desarrollo de Chalatenango, centrando sus esfuerzos en la comunidad de Guarjila, ubicada en el norteño departamento. Por ello, el sacerdote conoció de primera mano los testimonios de mujeres que relataban cómo el Ejército, literalmente, les arrebató de los brazos a sus hijos.

Impactado por la fuerza y el drama de esos relatos, el P. Cortina inició un largo camino para encontrar a los niños y niñas desaparecidos durante la guerra civil. Este esfuerzo le llevó a fundar, el 20 de agosto de 1994, la Asociación Pro-Búsqueda, uno de sus más grandes legados. Desde entonces, gracias al trabajo de la organización, se ha posibilitado la apertura de 780 casos de menores desaparecidos, de los cuales 317 se han resuelto.

Jon Cortina falleció el 12 de diciembre de 2005, en la Ciudad de Guatemala. El agradecimiento y cariño hacia él son de tal magnitud que para muchos fue más que un sacerdote. Así lo expresa el siguiente fragmento de una declaración oficial de la Asociación Pro-Búsqueda: "Deseamos expresar nuestro profundo amor y agradecimiento al sacerdote jesuita Jon Cortina, padre de nosotros los jóvenes reencontrados".

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