Pasaporte do futuro

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Jeans, tenis, gorras y pañoletas son los atuendos que los jóvenes de la Orquesta da Grota visten en sus presentaciones. El estereotipo del ejecutante de música clásica se cae al verlos entrar en escena.

Así, la seriedad y el protocolo que suelen caracterizar a los artistas de música académica no se hicieron presentes en el concierto ofrecido por los muchachos, el martes 30 de septiembre en el Auditorio "Ignacio Ellacuría", en homenaje a la niñez y juventud salvadoreñas.

Este fue "un evento organizado como parte de una larga tradición de cooperación entre el Centro de Estudios Brasileños, el Centro Cultural Universitario y, en esta ocasión, con las Defensorías de la Niñez y la Adolescencia" del IDHUCA, explicó Paulino Espinoza, director del centro universitario.

Según Vanda Pignato, agregada Cultural de Brasil en el país, actualmente la orquesta brasileña realiza una gira por la región centroamericana. La agrupación, formada por jóvenes de la comunidad de la Favela da Grota de Río de Janeiro, Brasil, nació a partir del proyecto Orquesta de Cordas da Grota, que persigue integrar socialmente, a través de la cultura, a jóvenes en conflicto con la ley.

Pignato señala que traer a los jóvenes músicos al país resultó interesante, pues "es una forma de demostrar que no es con violencia como se solucionan los problemas de delincuencia".

Por su parte, Marcio Selles, director de la orquesta, señala que "el mayor beneficio que se ha podido observar con el proyecto es que se han abierto nuevas perspectivas de vida, nuevos sueños, nuevas metas a seguir para los jóvenes".

Simone de Carvalho Silva es un ejemplo de lo anterior. Ella tiene 20 años, ejecuta el violín, ingresó al proyecto hace cinco años, pertenece al grupo de estudiantes avanzados, está a punto de ingresar en una universidad y, al igual que algunos de sus compañeros, se prepara para trabajar en otras orquestas.

Marcio explica que muchos de los jóvenes que forman parte de la orquesta viven en los guetos brasileños (las famosas y temidas favelas), y la música es su pasaporte para la ciudadanía plena.

Además de la orquesta, el proyecto contempla clases de danza, dibujo, pintura y fotografía, a las que pueden inscribirse niños de siete años en adelante, con la única condición de asistir permanentemente a clases.

El proyecto inició con clases de flauta dulce. Posteriormente, el contacto con la música de Bach, Händel y Vivaldi hizo despertar en los alumnos el deseo de aprender violín. Luego de meses de lecciones, se dio paso a las primeras presentaciones en público y la inminente creación de la Orquesta da Grota.

A lo largo de sus catorce años de vida, la agrupación musical se ha presentado en escuelas, salas de concierto, teatros e iglesias de Brasil y de otros países. En 1998 y 1999, participó en el Festival de Música Antigua y Colonial de "Juiz de Fora"; en 2000, en el Curso de Vacaciones del Museo Villalobos; al año siguiente, fue de gira al norte de Portugal; y en 2006, lanzó su primer disco, fruto del trabajo de una década.

Actualmente, el proyecto atiende a cerca de 180 niños y jóvenes de la Favela da Grota, que pueden optar, en el área musical, por clases de violín, viola, violonchelo, flauta dulce, flauta travesera, guitarra acústica, percusión y canto coral, entre otros...

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