La pobreza, que de acuerdo a diversas investigaciones ha aumentado este año entre 7% y 10%, sigue siendo una de las principales razones por las cuales más de 500 salvadoreños emigran diariamente hacia Estados Unidos. Los peligros a los que se enfrentan, durante el trayecto, van desde robos, asaltos, extorsiones y violaciones sexuales, hasta la muerte.
En el acto, Óscar Luna, procurador para la Defensa de los Derechos Humanos, presentó el informe que fue entregado al Comité de Protección de los Derechos de todos los Trabajadores Migrantes y de sus Familiares, de la ONU. El documento recopila una serie de casos de violaciones a los derechos humanos de extranjeros que residen en nuestro país, y enumera los diversos programas estatales destinados a la atención de compatriotas deportados, como el denominado "Bienvenido a casa".
Otra de las actividades de la Semana del Migrante fue el Seminario Nacional sobre Migración, desarrollado el 3 y 4 de septiembre, y en el que participaron miembros del Ministerio de Relaciones Exteriores, Dirección General de Migración y Extranjería, Universidad Gerardo Barrios de San Miguel, Cáritas Diócesis de Sonsonate y de San Miguel, Defensorías de la Niñez y la Adolescencia, Comité Intersectorial de Lourdes (Colón), e Instituto Salvadoreño para el Desarrollo Integral de la Niñez y la Adolescencia (ISNA), entre otros.
Finalmente, el 5 de septiembre, en la capilla de la Universidad, se realizó un vía crucis en el que se honró la memoria de todos los compatriotas que han perdido la vida en las fronteras. Cada una de las estaciones, decoradas con imágenes, mensajes y fotografías, se convirtió en espacio de expresión y denuncia de los familiares de migrantes. "Yo busco a mi hijo, él está desaparecido y hasta este momento yo he cargado esta cruz. No sé qué cruz cargó él. Le pido a Dios que ya no quisiera llorar, ya no quisiera tener que llorarlo, pero siempre me pregunto dónde está", relataba con afectación Ana Zelaya, miembro del Comité de Familiares de Migrantes Fallecidos y Desaparecidos (Cofamide), quien, además de compartir su experiencia, hizo un llamado a las autoridades: "No somos cuatro, como dijeron un día en el Ministerio de Relaciones Exteriores, somos muchísimos los que tenemos familiares desaparecidos (...) queremos que se nos escuche".