Desapariciones sin respuesta

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Idhuca
08/06/2009

70 personas han desaparecido durante los últimos 17 meses en el municipio de Lourdes Colón, en La Libertad. Niños, mujeres y hombres que hasta la fecha no han sido localizados por la Policía Nacional Civil de la zona.

En este municipio en particular, la niñez y juventud son los sectores más afectados por la inseguridad en sus múltiples dimensiones. El fenómeno de la violencia afecta el desarrollo de sus proyectos de vida. Por ejemplo, una de las escuelas de Colón reporta una reducción del 20% de estudiantes con respecto a 2008. Esta baja es el resultado de las y los jóvenes desaparecidos o asesinados, así como de aquellos estudiantes que deciden retirarse del centro escolar por temor.

La realidad de violencia e inseguridad en Colón no es un caso aislado, sino la manifestación de la desbordada situación de inseguridad en el país. Basta con recordar dos datos: el preocupante promedio diario de 12 homicidios; y que, a esta altura del año, la cifra de asesinatos ya supera la cantidad registrada en el primer semestre de 2008.

Ante esta realidad, los planes gubernamentales no han dado los resultados esperados y la actuación de las autoridades ha dejado mucho que desear. Como ya se ha insistido en este espacio, el combate a la violencia requiere un esfuerzo integrado e interinstitucional que parta de la prevención y la creación de oportunidades de desarrollo.

Sin embargo, en la práctica, las medidas represivas y las carencias institucionales en materia de investigación científica son el pan de cada día en municipios como Colón y el resto del país. Preocupa sobremanera que en uno de los municipios con mayores niveles de violencia e inseguridad las autoridades locales se queden cortas al momento de investigar estos hechos.

En el caso de estas desapariciones, las autoridades policiales, basadas en su experiencia, sostienen como principal hipótesis la responsabilidad de las pandillas. Si bien esa es una línea de investigación posible dada la existencia y dominio de estas en algunas zonas de Colón, no puede asegurarse culpabilidad sin un proceso serio de indagación. Es indignante que los jóvenes y la niñez sean las víctimas más recurrentes de la violencia y las autoridades se limiten a suponer responsabilidades sin buscar la verdad de los hechos.

Ejemplos como el de este municipio plantean importantes desafíos en materia de seguridad y prevención de la violencia para el nuevo Gobierno. Este deberá garantizar la seguridad de la ciudadanía y velar porque la convivencia social sea pacífica y en condiciones dignas.

Para ello es necesario, primero, apostarle a la prevención como estrategia. Segundo, potenciar las capacidades y recursos de instituciones como la Policía Nacional Civil, así como mejorar su capacidad de respuesta.

Ahora bien, estos esfuerzos serán inútiles mientras no se impulsen verdaderos procesos de desarrollo y generación de oportunidades, especialmente para las y los jóvenes que viven en los municipios con mayores riesgos e inseguridad. Si no cuidamos su presente, poco podremos hacer para sembrar su futuro.

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