El que dispara muere

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La actividad del nuevo Ministro de Justicia y Seguridad Pública ha tenido una amplia cobertura mediática. En algunos aspectos se ha ganado simpatías por su presencia en lugares en los que la violencia ha sido extrema. Pero este comienzo, que quiere dar buena imagen, ha quedado ensombrecido por las declaraciones de un comisionado. En efecto, en el despliegue de fuerza realizado en Panchimalco, el comisionado Ramírez Landaverde se ha lanzado a hablar no como un Policía Nacional Civil, sino como un militar de la vieja escuela. "El que dispara a un policía muere" fue la frase con la que inauguró la presencia del operativo de la PNC en la zona. Y el Ministro de Justicia y Seguridad Pública, que entra insistiendo en que quiere ganarse la confianza de la ciudadanía, y con la propaganda de hombre preparado para labores policiales, ha respaldado indirectamente la frase de Ramírez Landaverde aludiendo al derecho de legítima defensa de los policías. Peligroso. Ese tipo de "ojo por ojo, diente por diente" fue la base en el pasado para instaurar la "ley de fuga", tan bárbara y criminal.

En efecto, decir públicamente que "el que dispara a un policía muere" es en extremo peligroso para el accionar policial democrático. Y dicho en Panchimalco, además, implica una especie de desprecio hacia la vida de los pobres. Tan valiente contra los pobres, ¿sería capaz de decir el comisionado Ramírez Landaverde que al diputado Merino habría que haberlo matado cuando le disparó a una agente de la Policía? Por supuesto que no lo diría, porque eso no se puede ni se debe decir en un país democrático. Pero lo ha dicho en Panchimalco. La Policía está para contener el crimen y no para aplicar la justicia del "ojo por ojo, diente por diente", ya en sí bastante bárbara y por supuesto totalmente desechada por cualquier justicia de países democráticos.

¿Hay que matar automáticamente a cualquier persona que dispare contra un policía aunque no acierte con el tiro y su pistola quede ya descargada? Es evidente que el policía tiene derecho a defenderse, pero su obligación es defenderse con el mínimo de daño posible al ciudadano, y no con la búsqueda de la eliminación rápida del enemigo. Por eso la frasecita del comisionado Ramírez Landaverde es inaceptable en una policía democrática. Y el Ministro de Justicia y Seguridad Pública debía regañar públicamente al tal comisionado por esa frase, en vez de hablar de un derecho de defensa que no da derecho a matar, ni siquiera cuando un delincuente mate a un policía. Se puede matar en defensa propia, es cierto. Pero exclusivamente cuando es el único medio de salvar la vida de quien es agredido, sea o no policía. Si a la persona se la puede desarmar después de haber disparado, no es necesario matarla. Hay que detenerla y llevarla a juicio. Y eso lo debe saber cualquier policía.

Que un comisionado hable de esta manera es una pésima señal. Y quienes defienden que el nombramiento de Munguía Payés no significa una militarización de la PNC deberían ser los primeros en reaccionar contra este tipo de frases cuando las dice un policía. Es una frase intolerable en un jefe policial, porque puede interpretarse fácilmente como una orden de tirar a matar a cualquiera que vean armado y en actitud de disparar. Y suponemos que esa no es la orden que está dando el Ministro. Aunque sus vagas palabras sobre la legítima defensa dejan demasiadas dudas sobre si tiene claro el papel de la Policía a la hora de contener el crimen. En ese sentido, el comisionado debería pedir públicamente excusas por ese exabrupto y el general de reserva Munguía Payés debería llamarle la atención y desmarcarse de ese modo de hablar. El actual ministro, como los anteriores, es primero Ministro de Justicia y luego de Seguridad Pública, según explicó en su momento el presidente Funes. Eso quiere decir que los valores de la justicia son la base de la seguridad, y que la seguridad basada en la bravuconada y la amenaza no tiene lugar entre nosotros. Si no se dan las disculpas del caso, será difícil convencer a la ciudadanía de que no vamos hacia una política exclusiva de mano dura y militarización de la Policía.

Frente a los argumentos que acá sostenemos, no faltan quienes dicen que con este tipo de discurso se está defendiendo al delincuente. Sin embargo, en un país donde no hay pena de muerte, no se puede amenazar con matar, ni siquiera a quienes disparen contra un policía. Es evidente que al delincuente hay que perseguirlo, juzgarlo y encarcelarlo. Pero también es evidente que se deben retirar las armas de la calle y dejar la portación de las mismas en manos de la PNC y sus posibles cuerpos auxiliares (como por ejemplo si se le dieran más funciones al CAM, siempre dirigido y supervisado por la PNC en lo que respecta a labores de seguridad y desarme). La prevención, eliminando armas de la calle y suprimiendo activamente la portación de armamento, es más eficaz que liarnos a ver quién tira mejor a matar.

Es cierto que hay gente que ante la violencia quiere sangre. Y más entre nosotros, que tenemos una larga historia de resolver los conflictos por la fuerza y prescindir de las instituciones. Aunque la mano dura le pueda resultar atractiva a la gente que ya está harta de la violencia, la cultura del ojo por ojo y diente por diente lleva siempre a una espiral de violencia. Lo que hay que cambiar es este tipo de Estado ineficiente, y en muchos aspectos fallido, incapaz de construir la seguridad ciudadana sobre la justicia, las instituciones eficientes y el desarrollo. Prevenir el delito, investigarlo; reformar los muy poco operantes sistema judicial y Fiscalía; mejorar la investigación del delito; y fortalecer la Inspectoría de la PNC trasladándola al Ministerio de Justicia y Seguridad Pública es más importante que ese tipo de baladronadas machistas. Todavía está por verse cuánto sabe y puede hacer el nuevo Ministro en el tema de Justicia y Seguridad Pública. Pero sí sabemos que fue un militar decente que prohibió en la Academia Militar los abusos que los cadetes de segundo y tercer año cometían contra los de nuevo ingreso. Ya que al menos tenemos la seguridad de que sabe de disciplina, bueno sería que ponga firme a ese comisionado y le prohíba darle a la PNC un aire militaroide con ese lenguaje de pistolero.

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Anónimo
02/12/2011
19:51 pm
pero ese es primcipio de cualquier autotidad en los mas mal llamados paises democraticos del primer mundo, o de cualquier preferencia politica, si alguien saca un arma ante cualquier autoridad publica seria extaño que le respetaran la vida,ahora si lapersona muestra intencion ofensiva es 100% que lo eliminan en ese presiso instante y no necesariamente tiene que ser un delincuente, claro yo tambien digo esto sabiendo que el nivel de la autoridad en paises desarrollados es muy superior al nuestro, casos de corupcion son minimos, en comparacion , aun con mi mentalidad liveral y pasiva estoy muy de acuerdo que si alguien saca un arma en contra de cualquier autoridad lo correcto y nesesario es neutralisarlo en el instante y no hay otra alternativa a esta situacion pues la otr es la muerte del policia, como ciudadano pacifico jamas quiciera algo asi pasara pero , apollo a los policias honestos en su propia defenza esto es basico y logico nada mas.
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Anónimo
01/12/2011
08:41 am
Sin embargo....yo no tuve eso. Y heme aquí. Tomaba la iniciativa desde los 13 años de ir a una iglesia todos los días en vez de ir a una fiesta o ver TV. Tomé la iniciativa de buscar aprender e irme en las tardes a la biblioteca nacional "yo solo" desde los 10 años sin que nadie me lo dijera. Mi padre era la peor bestia, y exigía. El ejemplo era nada agradable. La determinación, la necesidad, y el don de pensar y poder decirnos a nosotros mismo hacia donde vamos a ir es lo que nos ha de ser diferentes y guiar nuestro propio rumbo encomendados por nuestro Dios y los Santos. Concluyendo, No puede aplicar el tema de querer hablar civilizadamente ante una "suciedad tan BURRA", habrán contados los que no tuvimos oportunidades y salimos al adelante, sin embargo he tenido la oportunidad de conocer más personas similares. Gracias por su trabajo en este país.
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Anónimo
01/12/2011
08:30 am
Una cosa más, con todo respeto, el contexto cultural y genético, que lleva una cultura europea como de la que ud. desciende, se desaplica totalmente en esta sociedad y por infortunio propio vívido recientemente, esta misma sociedad es totalmente diferente entre diferentes clases cosa ya sabida; pero, jamás pudiera entender alguien de clase media hacia arriba lo que en verdad nunca conoce o vive la sociedad de la clase baja así la observase largo período más no lo viva. He comprendido y me he aferrado mucho más a mis convicciones en desarrollados en mis mapas de vida, que no existe mejor (y mas que comprobado visto en la baja sociedad), que sentar los simientos educativos y un régimen estricto como el que le he expuesto en parte anteriormente. Nadie, nadie me puede rebatir esto, porque nadie lo ha tenido todo y lo perdido todo y le ha tocado vivir en carne propia en esta "suciedad&qu
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Anónimo
01/12/2011
08:17 am
Estimado Padre. Dígame sí yo estoy equivocado o sí las pruebas, hechos y buenos resultados lo están. Nos criamos en una institución católica dirigida entonces por alguien que abogó e hizo tanto por nuestra juventud, nos criaron con guante de seda y mano de hierro. Castigos de ese entonces hoy serían denunciados, debiendo estudiar mas de 10 horas X día. Nuestros padres eran como militares, insultos, golpes y amenazas no faltaron si fallábamos. Quienes somos ahora? Parte importante de la fuerza productiva de este país. Intelectuales, académicos, artistas, empresarios entre otros. Dice..Instruye al niño desde pequeño en los caminos de Dios para....Y nuestra viva experiencia dice..Cria con un régimen estricto y verás resultados. Mis hijos son criados así, el resultado: son diferentes y mas q sobresal
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