Espacio de expresión y participación ciudadana

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YSUCA está fundamentada en una voluntad y en una tradición. En la voluntad de potenciar la labor universitaria en beneficio del pensamiento popular y en la tradición de dar voz y presencia a los sectores mayoritarios. Con lo primero se ha buscado poner el pensamiento universitario en eso que genéricamente se llama opinión pública. Con sus investigaciones, análisis, crítica, propuestas, etc., los diferentes departamentos académicos de la UCA han pretendido y pretenden poner la fuerza de la razón al servicio de las mayorías y de los desafíos que presenta la actual sociedad salvadoreña.

Los programas de los departamentos de Filosofía, Psicología, Sociología, Ciencias Jurídicas, Comunicaciones y Cultura, y Economía, así como del IDHUCA, están orientados a cultivar los derechos humanos, entendidos de forma integral, indivisible e histórica, porque lo humano —en nuestro país y en el mundo— está amenazado de muchas maneras y es necesario defenderlo, cultivarlo y promoverlo. Los derechos humanos son reales cuando las personas, las comunidades y la sociedad como un todo tienen acceso a la libertad o a los recursos a los cuales se refieren esos derechos.

Pero YSUCA no solo está fundamentada en esa voluntad de potenciar el pensamiento popular y los derechos de las mayorías, sino también en la tradición de dar voz y presencia directa a la ciudadanía. A través de los formatos de participación que se desarrollan en nuestra radio, hemos contribuido a fomentar una ciudadanía activa, esto es, una ciudadanía con potencial de crítica, de organización y de fermento en la construcción del bien común y en la lucha contra el mal común.

El ideario de YSUCA se deriva de una tradición fundamentada en dos grandes comunicadores del sentir del pueblo salvadoreño: monseñor Óscar Romero y el padre Ignacio Ellacuría. El primero buscaba que sus homilías fueran voz de los que no tenían voz, es decir, de aquellos a los que se les negaban los espacios en la mayoría de medios de comunicación; de aquellos cuya voz estaba reprimida y oprimida. El segundo planteaba no solo la necesidad de ser voz racional de los que teniendo razón (los pobres) no pueden expresarla, sino también la importancia de que el pueblo mismo hiciera sentir su voz, que reflexionara sobre la situación del país, que exigiera ser bien informado, que exigiera la solución al problema de la injusticia.

En suma, asumir la herencia de la "voz de los sin voz" (monseñor Romero) y de la "voz con vos" (Ellacuría) implica ser palabra que se inserta en el mundo de los pobres, que analiza y muestra su realidad, y que abre espacios para la participación informada de las mayorías. El rector mártir lo planteaba en los siguientes términos: "La Cátedra Universitaria de Realidad Nacional ha dado voz y presencia a las comunidades de base, a los sindicatos, a los campesinos, a gente que apenas podía leer y que, sin embargo, era escuchada respetuosamente por cerca de mil oyentes universitarios. ECA, Proceso, Carta a las iglesias constantemente se hacen eco de las voces de los sindicalistas, de las organizaciones populares, de los campesinos, etc. Creo que se ha demostrado durante años cómo hemos ofrecido nuestros mejores canales al pensamiento popular y, por tanto, no hay razón alguna para dudar de que en la radio haremos lo mismo". De las ingeniosas intuiciones del padre Ellacuría, ha surgido la pretensión de ser "la voz con vos", es decir, la voz que acompaña y que tiene una palabra de compromiso con los pobres, con la justicia y con la verdad.

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