Marchar con Norman

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Oswaldo Feusier
24/01/2014

A principios del siglo XX, Arthur McDonald trató de demostrar el vínculo entre la pobreza y el alcoholismo, y entre ser pobre y alcohólico con ser delincuente o "loco-criminal". En sus palabras: "La relación de la criminalidad a las demás formas patológicas y anormales de la humanidad representa tan solo uno de sus grados. Si representamos el crimen, que es su grado más alto, por A6, A5 podremos decir que corresponde a la locura criminal, y A4 al alcoholismo, quizás A3 al pauperismo, A2 a otras maneras más débiles de ser de la humanidad (...) Así pues, el crimen es la forma más exagerada del mal, pero estas formas son todas esencialmente unas. Tan agua es una gota como un océano".

Los políticos también han utilizado a los pobres, los marginados, las prostitutas y los vagos. Después de todo, siempre es más fácil y conveniente criminalizar a los pobres y a los indigentes que combatir la pobreza haciendo frente a la corrupción que la sostiene o la inequidad que la genera. Por ello, el pulso no le falló a Maximiliano Martínez cuando consideró que la delincuencia era alarmante, y ratificó en 1940 la Ley de Represión de Vagos y Maleantes, que criminalizaba desde ser vago o tahúr hasta ser mendigo sin licencia o fingir enfermedad para pedir limosna. Una ley muy efectiva si por efectiva entendemos llenar cárceles dejando intacta la miseria. Algunos historiadores nos recuerdan que para 1945 se había detenido a más de 4 mil personas, lo que vendría siendo la mitad de la población de Cabañas para ese año.

El mando castrense cambiaría, pero no la estrategia de guerra, y es así que en mayo de 1953 el teniente coronel Óscar Osorio ratificaría la Ley de Estado Peligroso, agregando como arma en la lucha contra la delincuencia las medidas de "seguridad indeterminadas", es decir, la posibilidad de sustraer a alguien "peligroso" de la sociedad durante el desarrollo de su vida natural. Más adelante, con la firma de los Acuerdos de Paz, seguiría la batalla campal contra la pobreza y el abandono, o mejor dicho, contra los pobres y los abandonados.

Fusades, para el caso, sugería en diciembre de 2010 la promulgación de nuevas leyes de peligrosidad como estrategia clave contra la criminalidad. Aunque el tanque de pensamiento de derecha no abundó en los estilos de vida que deberían considerarse "peligrosos", no ocultó su desdén contra uno que otro que "representa un peligro para los demás", mencionando a los huele-pega y mujeres que ejercen la prostitución abierta. Curiosamente, no incluyó en la lista de indeseables —los que merecen especial represión— a personas cuyas actividades causan daños reales, mensurables incluso en millones de dólares, autores de delitos ya olvidados o rara vez procesados.

Personas como los corruptos, que roban en un año lo que la mayoría de prostitutas no reunirían en una vida entera; los patronos que irrespetan los derechos laborales; los que realizan la ya endémica evasión de impuestos; los que se dedican con esmero a la extendida práctica de retener las cuotas de sus trabajadores para provecho propio. Ninguno de estos fue mencionado. Quizás porque en el fondo, aunque se trata de comportamientos peligrosos, no son más peligrosos que el terrible y temible huele-pega, perdido en un mundo donde no aporta a la economía.

El asalto final contra el pobre y el desocupado es la tarea que se ha propuesto Norman Quijano, quien, aprovechando los frentes abiertos por otros, ha prometido una ofensiva radical contra el malvado y el holgazán. Así, pues, en un giro de campaña que retorcería de placer al general Martínez, el candidato Quijano ha prometido el reclutamiento forzoso de todo aquel que tenga entre 18 y 30 años, y que no trabaje o estudie. El morbo y la suspicacia están a la orden del día, sobre todo considerando que en El Salvador hay unos 165 mil desocupados y que al sistema penitenciario le bastaron 25 mil reclusos para colapsar al 315%.

¿Dónde meterá a toda esta gente? ¿Con qué recursos la alimentará? Seguramente, para evitar el rebalse, Norman aplicará selectivamente los reclutamientos forzosos. Por supuesto, en las colonias de alcurnia, los barrios de la "gente bien", no entrarán las tanquetas, pues se trata de lugares sin vagos, sin mujeres de la "mala vida". Esos respetables ciudadanos no conocerán los camiones reclutadores; los demás solo tendrán una opción: marchar con Norman.

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Anónimo
29/01/2014
13:36 pm
Increíble leer comentarios de personas decir que el artículo es una campaña de miedo. Quizá no han escuchado la propuesta de su candidato para militarizar la seguridad, lo cual será retroceder un siglo.
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Anónimo
29/01/2014
12:20 pm
y esque no sirve de nada la represion. esta causa mas rencor y odio. un amigo me dijo que no se paga mal con mal alcontrario. hay que comentar brevement y no redondear en lo mismo.
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Anónimo
27/01/2014
15:29 pm
La falacia se encuentra más bien en no querer observar que la llamada población en riesgo de cometer “delitos graves” ha surgido precisamente del incremento de la exclusión social. La extensión de los barrios marginales y de la economía informal vino del abandono de las políticas sociales en años anteriores. Mientras se le recomendó al Estado dolarizar y abrir el mercado para la introducción masiva de productos de consumo provenientes del exterior, no se quiso hacer algo para evitar el igualmente masivo flujo de salvadoreños pobres hacia el exterior que dejó familias y comunidades fracturadas. La respuesta más significativa del Estado hacia el crecimiento de la marginalidad fue precisamente las políticas de mano dura que lo único que dejaron una década después fue un crimen organizado más fortalecido. Crimen organizado que incluso llegó a permear las mismas instituciones estatales a través de la corrupción. Ver lo uno y no ver lo otro o es ignorancia crasa o cinismo planificado
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Anónimo
27/01/2014
15:16 pm
Creo que el fondo del artículo es cuestionar que la promulgación de leyes de peligrosidad son dirigidas a los excluidos del sistema, que por su \"situación\" de marginado/as ante el sistema (estatal pero sobre todo, económico) representan un riesgo (no trabajan, no producen) así se ha entendido históricamente la figura... Y, ello implica criminalizar la pobreza... ¿Puede que haya personas en RIESGO de estar en SITUACIONES de cometer DELITOS relativos a la CORRUPCIÓN?
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Anónimo
27/01/2014
13:53 pm
Se puede estar en contra o a favor de la figura de la peligrosidad, pero este artículo es falaz. El estado de peligrosidad es una figura para evitar que personas en riesgo de cometer delitos graves lleguen a hacerlo. Los casos que se citan como comparables, es decir, la corrupción, no tienen elementos comunes con lo anterior porque estos ya son delitos, y por lo tanto, no les aplicaría la figura de la peligrosidad sino la sanción penal contemplada para ellos. Cuando el autor dice que Fusades no incluye dentro de la figura de la peligrosidad a las personas que cometen esos delitos, da a entender que Fusades no quiere que se sancionen estas conductas, pero la verdad es que no los incluye porque son una realidad ya sancionable en el ordenamiento jurídico. El artículo es, por lo tanto, o un ejemplo de ignorancia crasa o, más probablemente, una mentira planificada.
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Anónimo
26/01/2014
08:20 am
sin duda alguna así como sus dirigentes se defienden visceralmente sus lacayos digo sus seguidores, me refiero a la gente de derecha, que defiende un proyecto tan nefasto como la actitud que ellos tienen hacia el pueblo. No se trata de la forma en que digo un argumento, se trata de dar a conocer la acción a emplear para sacar adelante el país y desde esa optica hay que ser claros LA DERECHA no tiene nada en absoluto.
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Anónimo
26/01/2014
00:20 am
Perdon, ¿podrian por favor proveer las pruebas donde Norman dice que va a reclutar forzosamente? Si el nunca lo ha dicho, ustedes estan haciendo una campaña de miedo, y eso ya lo superamos. Que vergüenza para la UCA.
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Anónimo
25/01/2014
19:20 pm
Esperaría un artículo de más calidad de un catedrático de la UCA. Comprendo la inquietud y la comparto. No obstante, la argumentación es totalmente visceral, cuáles son los criterios editoriales que se aplican. El error de dedo al final del cuarto párrafo me hace pensar que ni el mismo autor revisó esto. Es cierto, es una opinión, pero aún así, es demasiado tendencioso y alcanzativo, no debería estar en esta página. Comento como estudiante de la UCA.
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Anónimo
25/01/2014
12:20 pm
pobrecito mi pais, la materia prima de arena para estas elecciones siempre han sido la pobreza, la falta de educación, los marginados, y miren y oigan, siempre estarán por ahí
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Anónimo
25/01/2014
07:20 am
Sin duda que los 165,000 desocupados deberían de ser reclutados y atacados con educación de calidad, el desarrollo de nuestro país depende de la inversión en la persona, para formarla íntegramente. Todo esto es parte de las élites, como dice Tojeira. Y a todos nosotros estudiantes de la UCA, no nos queda mucho que decir, formamos parte de una élite, habría que empezar a ver que hacemos para cambiar nuestro desastre de realidad como país.
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Anónimo
24/01/2014
21:20 pm
Es triste ver la falta de respeto al electorado; estoy seguro, que si se hubiese respetado los acuerdos de paz, y los ilustres académicos hubieran dado las directrices hacia donde ir; insisto, estoy seguro que fuéramos el país modelo de américa latina...
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Anónimo
24/01/2014
16:00 pm
Increíble. Los niveles de demagogia de Norman Quijano son sorprendentes. La campaña electoral de Norman me sabe a un futuro gobierno de corte fascista.
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Anónimo
24/01/2014
16:00 pm
Los estados de emergencia y de excepción solo potencian la tensión social y activan los impulsos autoritarios que subyacen en la sociedad. En esa situación \"los marginados\" son la principal materia prima de la represión del ejercicio del poder (militar y económico)
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Anónimo
24/01/2014
15:37 pm
Nunca como antes calzaron tan bien las palabras de Walter Benjamin, judío perseguido y muerto por el nazismo: \"La tradición del oprimido nos enseña que el “estado de emergencia” en que vivimos no es la excepción, sino la regla. Debemos llegar a una concepción de la Historia que se corresponda a ese Estado\" Lo cierto es que para los marginados del país la suspensión de derechos constitucionales no va a ser algo nuevo.
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Anónimo
24/01/2014
15:16 pm
Más claro, imposible! Ante las propuestas de Norman Quijano, conviene recordar esa famosa frase que dice: ¡un pueblo que olvida su historia, está condenado a repetirla!... ¡recordarla para tomar conciencia!
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