El Presupuesto General del Estado de 2014 se aprobó el 31 de octubre por $4,679.5 millones, $174.2 millones más que el de este año. Desde la perspectiva oficial, el del próximo año tiene por objeto impulsar el crecimiento y desarrollo integral, basado en una política social inclusiva que favorezca a los sectores más vulnerables del país. Así, se observa un mayor gasto en el área de gestión de desarrollo social y en los rubros de educación y salud. Además, el incremento está relacionado con el pago de los escalafones de los ministerios de Salud y de Educación, y los complementos para los escalafones de la Procuraduría General de la República y la Policía Nacional Civil.
Asimismo, esta mayor asignación comprende el financiamiento de los siguientes proyectos: ampliación del Aeropuerto Internacional de El Salvador, concesión del puerto de La Unión, Fomilenio 2, los nuevos tramos del Sistema de Transporte del Área Metropolitana de San Salvador e inversión en la generación de 355 megavatios de energía eléctrica. Aunado a lo anterior, el presupuesto contempla un incremento de $5.8 millones para la Fiscalía General de la República, así como una asignación de $21.5 millones para nuevas plazas en el Ministerio de Educación (para fortalecer y ampliar el programa Escuela Inclusiva de Tiempo Pleno) y en el Ministerio de Salud para los Hospitales de Maternidad y Benjamín Bloom. (Al respecto, una observación: si bien se puede incrementar el número de plazas, esto no necesariamente implica una mejora en la calidad de los servicios. Por una parte, esto pasa por una selección adecuada del personal más idóneo para estas actividades tan importantes para la población; y, por otra, requiere de la dotación de infraestructura para el mejor desempeño de los que ahí laboran.)
El dictamen de aprobación del presupuesto establece que se "orientará prioritariamente a las áreas sociales para que El Salvador cuente con una población saludable, educada y productiva, con capacidad y oportunidades para desarrollar plenamente sus potencialidades y convertirse en la base social del desarrollo nacional". Para contribuir significativamente a esto, es imperativo imprimir eficiencia y efectividad en el gasto. Ciertas partidas del gasto únicamente se argumentan en términos de montos asignados, en muchos casos injustificados. Por ejemplo, los sueldos que devenga el personal que no tiene la capacidad para desempeñarse en los puestos a su cargo, con escaso o nulo aporte a las instituciones públicas. Esto repercute negativamente en la calidad de los servicios, ya que la mayor proporción del gasto se destina al pago de sueldos y salarios. Dadas las restricciones presupuestarias, es fundamental que se destinen efectivamente los recursos que se obtienen —con los impuestos, en gran parte— para las necesidades de la población y se centren en objetivos que realmente puedan alcanzarse, para el beneficio de quienes más lo necesitan.
Por otro lado, algo que pudiera parecer positivo es el incremento de $47.2 millones para la inversión del otro año; no obstante, hay proyectos (como la ampliación del Aeropuerto) que benefician a un grupo reducido de salvadoreños, que está lejos de vivir las condiciones de la mayoría. Si bien los recursos son escasos, es de vital importancia que se invierta más en la mejora de la educación pública y los servicios de salud, pues la ciudadanía que no puede pagar servicios privados sufre la deficiencia en la prestación de esos servicios.
¿Qué ocurre con los ingresos? Según las proyecciones, los ingresos cubrirán los gastos (saldo nulo, algo que no suele suceder en la realidad), pues se proyectan mayores a los del presente año. La mayor parte de los gastos depende de los ingresos tributarios, para los cuales el IVA y el Impuesto sobre la Renta representan los mayores porcentajes (49.2% y 38.4%, respectivamente). Esto implica que la mayor parte de ingresos del sector público no financiero (87.6%) proviene de la población, a la que se deben los servidores públicos. Por otro lado, para obtener más ingresos, es importante eliminar la evasión, principalmente la de los grandes contribuyentes. Es así como la política fiscal evidenciada en el Presupuesto parece mantener el sesgo regresivo que la ha caracterizado siempre, dando, en este sentido y a pesar de los cambios, continuidad a las administraciones anteriores.
Un Gobierno requiere recursos financieros para contribuir a la generación de mayores niveles de crecimiento económico y, en última instancia, satisfacer las necesidades de la población. El instrumento principal para lograrlo es el Presupuesto General del Estado, el cual incluye proyecciones de ingresos y gastos que se harán el siguiente año. No obstante, para que el Estado cumpla con su responsabilidad con la ciudadanía, no solo requiere recursos financieros, humanos, materiales y organizacionales, sino de voluntad política de los gobernantes para actuar en favor de la mayoría, y no de grupos de poder.