Encrucijada

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Editorial UCA
18/01/2019

Por lo menos para la ciudadanía que quiere ejercer un voto razonado, fruto de una valoración previa de propuestas y candidatos, las elecciones presidenciales del 3 de febrero suponen una decisión muy difícil. Las tres candidaturas con alguna posibilidad de éxito tienen contrapesos claros. Por un lado, el FMLN lleva una fórmula presidencial que, a juicio de muchos, ha destacado sobre las otras en los diversos espacios en los que han participado. Sin embargo, el mayor contrapeso para Hugo Martínez y Karina Sosa no viene de fuera, sino de su mismo partido; más específicamente, de su dirigencia, que no cambió un ápice ni con la debacle electoral del 4 de marzo de 2018. Su obsolescencia está a la vista. Las declaraciones de algunos de sus miembros confirman que están en una dimensión distinta a la de la mayoría de la población. La asombrosa defensa de los regímenes de Nicaragua y Venezuela, con participación incluida del Presidente de la República en la toma de posesión de Nicolás Maduro, hace más pesada la losa que cargan los candidatos del FMLN.

En una situación quizá menos desventajosa por no estar ejerciendo el poder, pero similar a la del FMLN, se encuentra la fórmula presidencial de Alianza por un Nuevo País. A pesar del tiempo transcurrido desde la última administración de Arena, la corrupción durante los 20 años de gobierno del partido de derecha les resta posibilidades de victoria a Carlos Calleja y Carmen Aída Lazo. Como se ha dicho antes en este espacio, Arena tiene que luchar contra dos estigmas: el de la corrupción y el de ser el partido de los ricos. El empeño de la fórmula en distanciarse de la historia del partido probablemente ayude a luchar contra el primero de los estigmas, pero, obviamente, los candidatos no son la mejor opción para luchar contra el segundo. Además, algo en Calleja y Lazo no termina de hacer clic con las simpatías de la población; quizás sus personalidades, pese a la fotogenia del primero.

Frente a la dura situación nacional y el profundo desencanto con los dos partidos tradicionales, una amplia mayoría quiere algo diferente, sin importar mucho cómo y de dónde venga. Esto es lo que está explotando Nayib Bukele. El fenómeno de Bukele no es exclusivo de El Salvador; se inscribe en la tendencia mundial de los outsiders, que surgen como respuesta a la vieja política y sus mañas. Jair Bolsonaro fue elegido presidente de Brasil después de autoproclamarse candidato de la antipolítica y la anticorrupción. Emmanuel Macron consiguió entusiasmar a los franceses argumentando que la división entre derecha e izquierda era cosa de una política superada y creó su propio movimiento, que lo llevó a convertirse en el mandatario más joven en la historia de Francia. Y hay más ejemplos: Jimmy Morales en Guatemala, George Weah en Liberia, Donald Trump en Estados Unidos…

Bukele forma parte de ese grupo. Prueba de ello es que su principal —y quizá única— bandera de campaña reivindica su supuesta distancia a “los mismos de siempre”. Pero Bukele no ha demostrado con firmeza que, una vez en el poder, será distinto de aquellos a los que critica. Más bien da señales de lo contrario. Por ejemplo, dejando de lado el partido que lo postula, no se ha tomado en serio la construcción de un plan de Gobierno y no pocos de quienes lo rodean arrastran una cuestionada trayectoria. Por otra parte, es un misterio quiénes financian su campaña y no ha dado muestras de pretender transparentarlo.

Este panorama diferencia a las elecciones del 3 de febrero de las anteriores. Por un lado, conformarse con votar por el menos peor no es una opción para quienes desean elegir responsablemente. Por otro, la desesperación y el cansancio han provocado que muchos tengan claro lo que no quieren y se abran a lo nuevo, sin que haya certeza de que será mejor. El futuro, pues, es incierto. Puede que la apuesta por la novedad resulte bien o que, como ha sido en Guatemala, Estados Unidos y Francia, solo complique más lo que ya era calamitoso. Es esta una verdadera encrucijada.

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Anónimo
26/01/2019
10:29 am
El fenómeno Bukele no se ha dado solo porque existe un hartazgo hacia los partidos tradicionales, como dicen algunos. Este candidato lleva más de seis años dentro de la palestra política y no me pueden desmentir que su trabajo ha sido bueno. Si lo anterior fuera cierto, pudieran haber seleccionado al candidato de Vamos, por ejemplo y ha ocurrido lo contrario. El peso del trabajo de Bukele en Nuevo Cuscatlán y San Salvador ha sido básico para que la población lo haya alzado como líder de todas las encuestas en un período de más de dos años. Hay quienes dicen que las encuestas son la lectura de un momento determinado, pero el hecho de que esas lecturas se den en decenas de veces, nos encontramos con una tendencia. De manera extraña, sus detractores ya no creen en las encuestas, aunque antes las utilizaban para su propaganda política. Las acusan de ser compradas, ofendiendo con esto el árduo trabajo que representa el prepararlas. Veremos los resultados.
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Anónimo
19/01/2019
17:56 pm
Me parese que la política tradicional esta dando un giro y que la nueva generación esta claro que espera de este proceso , ojala el próximo presidente asuma su rol tal debe ser felicidades UCA por aclarar conceptos bien claros y específicos honor y gloria por los mártires jesuitas y sus dos empleadas .
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Anónimo
19/01/2019
17:11 pm
No hay ningún descubrimiento en el análisis, eso es lo que el grueso de la población piensa, a Hugo le pesan los desaciertos de este gobierno y a Calleja, la herencia nefasta de Arena, así como la tremenda corrupción de ambos partidos . Y lo siento por todos, porque le han servido en bandeja a Bukele el camino a la Presidencia. Si sucede, se esperan años aciagos. Este joven no parece ni competente ni transparente, y tendrá en contra a la Asamblea Legislativa, la Corte, la gran empresa, los medios tradicionales, etc., etc.
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Anónimo
19/01/2019
09:02 am
Ojalá que si Bukele llega no vaya a salir \"cuete soplado\", como Micho Funes o Macrón. A Macrón le está lloviendo sobre mojado con los chalecos amarillos, sus propuestas neoliberales lo desnudaron.
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Anónimo
18/01/2019
22:03 pm
Qué estupidez mas grande! La UCA ya no es ni la sombra de lo que era antes, Y por lo visto ya se olvidaron de \" Los Mártires de la UCA \", pero nosotros no. Este artículo esta escrito al estilo de sirvientes de un sector. Por favor leer \" La supuesta neutralidad de la ciencia\" de Segundo Montes. La gente tiene claro lo que quiere no hay ninguna encrucijada :(
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Anónimo
18/01/2019
20:49 pm
me parece excelente analisis y creo que la mayoría de Salvadoreños han llegado a la misma conclusión
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Anónimo
18/01/2019
16:51 pm
Excelente articulo, hoy la pregunta es cual es la repuesta a esta encrucijada. Mientras la politica no sea asumida por un grupo de profesionales capaces y honestos von el deseo de formar un nuevo partido presentando un plan estrategico a largo plazo (dividido en 10 planes de gobierno de 5 sños) y entusiasmar al ciudadano corriente para lograr un verdadero cambio. No veo la repuesta a esta encrucijafa de cada eleccion. No debe confiarze en un candidato dino de eria confiarse el un projecto concreto de una propuesta de un plan de desarrollo evonico como plataforma de un partido q quiera hacer las cosas diferentes.
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