"No se puede callar ante una amenaza como la minería"

8
Margarita Moreno
27/03/2017

El 17 de marzo, en el Auditorio “Segundo Montes, S.J.”, el Departamento de Ingeniería de Procesos y Ciencias Ambientales desarrolló la primera Cátedra de Medioambiente y Sustentabilidad. Con este espacio, de acuerdo a María Dolores Rovira, jefa del Departamento, se busca “fortalecer la reflexión sobre los problemas medioambientales del país, incorporando enfoques técnicos y sociales que ayuden a generar una visión completa de la situación ambiental que permita la elaboración de propuestas de solución”.

Para esta primera edición de la Cátedra, se abordó el tema “Implicaciones ambientales y sociales de la minería metálica en El Salvador”. Este fue analizado por Carmen Menjívar, catedrática del Departamento; Rafael Cartagena, catedrático de la Maestría en Desarrollo Territorial; Andrés Mckinley, del Iudop; y Omar Serrano, vicerrector de Proyección Social.

La Cátedra inició con la intervención de Carmen Menjívar, quien expuso los procesos técnicos y químicos de la industria minera y cómo estos afectan al medioambiente y al ser humano. Entre los datos, destacó el uso del cianuro para extraer el oro y la plata de las rocas. Durante este proceso, explicó, pueden darse otras reacciones químicas, como la liberación de amoníaco y cianato. Este último, al ser ingerido, puede provocar graves daños en la salud. “Al trabajar las rocas, se les introduce cianuro, que si logra disolver oro y plata, ¿qué no hará con las especies del ambiente?”, cuestionó.

Por su parte, Rafael Cartagena analizó la trayectoria del movimiento ambientalista salvadoreño y su oposición a la minería; y cómo las empresas mineras, en su afán por conseguir apoyo de los ciudadanos, penetran en las comunidades, creando desigualdad y conflictividad. Asimismo, enumeró ejemplos de experiencias mineras que terminaron en catástrofes ambientales en países como Brasil y España.

Luego, Andrés Mckinley se enfocó en el caso salvadoreño y Oceana Gold, la transnacional interesada en abrir minas en el país. Para Mckinley, la empresa, en su intento por evitar la aprobación de una ley que prohíba la minería, ha montado una campaña publicitaria basada en cinco mentiras. Primero, El Salvador tiene un ambiente sano y fuerte que puede resistir las consecuencias negativas de la minería y cuenta con una institucionalidad capaz de garantizar el cuido del medioambiente. Segundo, hay avances tecnológicos que permiten hacer minería con cero riesgos ambientales. Tercero, la empresa practica una minería responsable. Cuarto, Oceana Gold trabaja en armonía con las comunidades en El Salvador, Filipinas y Nueva Zelanda, los tres países en los que tiene intereses mineros. Y quinto, la Iglesia católica está a favor de la minería, cuando en realidad desde 2007 se vienen pronunciando en contra.

“No existe la minería responsable en el mundo, no hay ninguna nueva tecnología que pueda evitar la destrucción del medioambiente”, aseguró Mckinley. Además, hizo énfasis en el tema del recurso hídrico, principal afectado por la minería. “El agua es la fuente de vida de la minería. No existe sin el agua. En ese sentido, los seres humanos competimos con la minería por las fuentes de agua dulce. Una mina en Centroamérica utiliza, en promedio, más de un millón de litros de agua diarios. Incluso hay casos, como en Guatemala, en donde una mina utiliza seis millones diarios”, apuntó.

Finalmente, Omar Serrano afirmó que la prohibición de la minería en el país constituye un eje prioritario de la agenda de proyección social, pues la Universidad “no puede vivir a espaldas de la realidad”. “No nos tenemos que hacer la pregunta por qué la UCA se ha metido en esto. Lo raro sería que la UCA no interviniera, porque es un tema que afecta a la gente y no podemos quedarnos pasivos ante una amenaza que va afectar nuestra vida y la vida de las futuras generaciones. No se puede callar ante una amenaza como la minería”, cerró.

ARCHIVOS RELACIONADOS

ico Parte I
ico Parte II
ico Parte III
ico Parte IV
Lo más visitado
0