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Esa es la pregunta que da origen a la investigación del Grupo de Monitoreo Independiente (GMIES) “La globalización y sus efectos en las condiciones de trabajo en Centroamérica”. El “sí” o el “no” a la pregunta radica en los consumidores y en la presión que puedan ejercer sobre las compañías transnacionales.
Carolina Quinteros, investigadora del GMIES y catedrática del Departamento de Sociología y Ciencias Políticas de la UCA, explicó, en el foro “Se van las maquilas, ¿qué nos queda?” realizado el 4 de marzo en el auditorio del Edificio de Aulas “D”, que si los consumidores exigieran respeto a los derechos laborales de los trabajadores de las grandes transnacionales, habría un cambio significativo en el respeto a la dignidad de estas personas.
“Así como las personas han exigido productos orgánicos amigables con la naturaleza, o empresas con responsabilidad social, asimismo se puede exigir como consumidor que las empresas respeten los derechos laborales de sus trabajadores a nivel mundial”, señaló Quinteros.
Por otro lado, Lilian Vega, jefa del Departamento de Economía, analizó la situación laboral desde la historia de exclusión y pobreza que ha marcado al país. Con respecto al tema de la inserción laboral, Vega aseguró que “de cada cien personas que trabajan de manera asalariada, solo veinte podrán superarse”. A su juicio, esto refleja claramente que el problema fundamental no es la pobreza, sino la exclusión.
Marta Zaldaña, secretaria general de la Federación de Asociaciones o Sindicatos Independientes de El Salvador, y Lynda Yanz, coordinadora de Maquila Solidarity Network, se centraron en el tema de las maquilas y los fenómenos sociales y económicos que implica esta industria. Para Zaldaña, “el trabajo de la maquila está desvalorado” y esto ha significado, en la mayoría de casos, el incremento de violaciones a los derechos humanos y laborales.
Para Yanz, la crisis económica mundial podría generar grandes pérdidas en la industria maquilera salvadoreña, pero también destacó que se podrían explotar algunas de las ventajas relacionadas con el mercado estadounidense, como la cercanía geográfica, pues resultará más caro trasladar los productos desde el continente asiático hacia suelo norteamericano.
A pesar de un escenario que se vislumbra problemático para las maquilas, el mercado es el nuevo ámbito global para las luchas reivindicativas de los trabajadores. Según el GMIES, ya se pueden visualizar frutos de la utilización del mercado en beneficio de algunos sectores laborales; por ejemplo, se ha logrado erradicar en alguna medida el trabajo infantil y se ha logrado visibilizar los abusos y discriminación contra la mujer, especialmente en el sector de las maquilas.
