Unidos por la ciencia y la generosidad

Ciencia y generosidad son los pilares del vínculo que, desde hace 20 años, une al Instituto Químico de Sarriá (IQS), de la Universidad Ramon Llull (Barcelona), y al Departamento de Ingeniería de Procesos y Ciencias Ambientales de la UCA.

Los caminos del IQS y el Departamento se cruzaron gracias a la iniciativa de Rosa Nomen y Julià Sempere, actualmente docentes eméritos del Instituto. Ella y él cuentan con una larga trayectoria académica que les ha permitido especializarse en procesos industriales seguros, eficientes y sostenibles, en línea con la llamada química verde.

Hace dos décadas, y con el objetivo de ampliar los lazos del IQS, Nomen impulsó una alianza de cooperación con la UCA. Según explica, seleccionó a la UCA por el conocimiento que tenía de la institución y por ser una obra educativa jesuita. Al inicio, asegura, primó la atracción por conocer el país y a la Universidad. “Una vez que conocimos y llegamos, no nos pudimos olvidar nunca jamás, porque descubres que la cooperación no es solo dar, sino que también se recibe muchísimo. Eso es lo que realmente motiva, es un enriquecerse mutuo”, dice.

En 2005 se firmó un acuerdo de cooperación entre el IQS y la Universidad para que docentes del Departamento, principalmente mujeres, tuvieran la oportunidad de estudiar un doctorado en el Instituto. Desde ese momento, Nomen y Sempere se convirtieron en mentores y guías de los académicos del área de química y ciencias ambientales de la UCA. Entre el apoyo que han brindado destaca el programa de formación académica a nivel de posgrado, que incluye asesoría para tesis, y el acompañamiento para la publicación de artículos en revistas científicas. Gracias a esta iniciativa, el Departamento cuenta ya con dos doctoras y un doctor, especializados en diversas áreas de la química.

Este año, Nomen y Sempere visitaron la UCA por un mes para asesorar de manera presencial a dos doctorandas y compartir sus conocimientos con docentes del Departamento. Si bien, explica Nomen, “la conexión con la UCA no se ha interrumpido, ni incluso con la pandemia”, durante los años de cooperación no siempre se ha dado la oportunidad para que vengan al país. Por eso, las visitas presenciales son aprovechadas al máximo.

Por ejemplo, durante esta estancia (del 23 de enero al 16 febrero de este año), impartieron charlas técnicas sobre temas de seguridad y reducción de riesgos en procesos industriales; y brindaron ideas y propuestas sobre cómo aprovechar las potencialidades de nuevos equipos adquiridos para laboratorios.

El acompañamiento de Normen y Sempere también permite a los docentes de la UCA pedir consejos y reflexionar juntos sobre rutas y nuevas maneras de investigar. Así, en esta ocasión, se propició un espacio para analizar cómo construir sinergias entre los académicos del Departamento para emprender estudios más multidisciplinarios. “Hace 40 años, cada profesor tenía su línea de trabajo y seguía en ella hasta el fin del mundo. Hoy en día eso ya no es posible. La UCA está en esa transición y se han dado cuenta de esta necesidad”, comenta Nomen.

Estas mentorías, la voluntad y generosidad de ambos académicos, han consolidado un vínculo muy profundo con los docentes del Departamento de Ingeniería de Procesos y Ciencias Ambientales. Carmen Menjívar, jefa de la unidad, asegura que Nomen y Sempere no son personas externas o que vienen solo de visita, sino que son parte del equipo del Departamento. Y es que además de encontrar en ellos calidad humana, Menjívar indica que “el respaldo científico que brindan [...] es valioso porque permite dar continuidad a proyectos” que generan impacto en diferente niveles, desde el comunitario hasta el empresarial e industrial.

Sempere afirma que ven “una evolución muy positiva” de la Universidad en general y del Departamento en particular. De este último destaca ciertas líneas de investigación que son clave, como el estudio del plástico y polímeros mediante análisis térmico; el trabajo con frutas y vegetales autóctonos para identificar propiedades, cualidades y antioxidantes; y el tema de la calidad del agua.

Por otro lado, en cuanto a infraestructura y equipos en la Universidad, Sempere menciona la Planta Piloto de Alimentos, inaugurada en agosto del año pasado, un espacio que “permite una colaboración con industrias, sobre todo la industria pequeña, artesanal, para ayudar a desarrollar nuevos productos, que pueden tener un impacto económico importante”.

La colaboración que ha propiciado la alianza es de doble vía, pues también la UCA ha recibido a estudiantes de grado del IQS para que realicen sus trabajos de graduación en el país.

Por todo lo anterior, en la Asociación Internacional de Escuelas Jesuitas de Ingeniería (IAJES, por sus siglas en inglés), de la cual Nomen es presidenta, se ha propuesto la experiencia del IQS y la UCA como un modelo a replicar en otras universidades de la Compañía de Jesús.

El camino de cooperación que iniciaron Nomen y Sempere hace 20 años continuará dando frutos científicos y académicos, pero también propiciando humanidad, solidaridad y comunidad.

“Es especial lo que sentimos por ellos”, asegura Menjívar. “El trabajo que han hecho es bien importante, pues han colaborado para que la UCA no solamente produzca conocimiento, sino que también forme a su gente [...] y nos posibilitan abrirnos al mundo”.