¿Armarse o desarmarse?

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Cuando hay una agresión violenta y armada, o el peligro de la misma, los Estados tienden a armarse. En clima de violencia, un buen número de políticos o creadores de opinión tienden también a promover la posesión de armas en manos de particulares. En países como el nuestro, con escaso control de armas de fuego ligeras, negociar con ellas es una tentación para muchos. Sin embargo, hay una relación bastante directa entre tenencia de armas en manos particulares y homicidios. La diferencia de abusos y crímenes entre Estados Unidos y otros países con un desarrollo económico fuerte que prohíben la tenencia privada de armas está íntimamente relacionada con la facilidad con que los estadounidenses pueden adquirir armas. La relación “a más armas en manos privadas, más homicidios en las calles” es una realidad prácticamente sin excepciones en el mundo. La abundancia de armas ligeras está además vinculada con frecuencia al crimen transnacional. Basta leer el Protocolo contra la Fabricación y el Tráfico Ilícitos de Armas de Fuego de las Naciones Unidas para darse cuenta de ello. Pero en El Salvador, dada la facilidad para conseguir armas, no parece que lo sepamos. Al final, tener una buena colección de armas en la casa no revela más que la baja categoría moral de su propietario. Porque coleccionar instrumentos de muerte y tener hondura ética son siempre dos realidades profundamente disímiles.

En el país tenemos un número de homicidios exageradamente alto. En palabras de la Organización Panamericana de la Salud, una verdadera epidemia de homicidios, que ha persistido sin interrupción, aunque con algunos altibajos, desde hace más de medio siglo (según algunos autores, desde muchos años antes, aunque las mediciones previas a la década de 1960 no eran muy confiables ni sistemáticas). Y al mismo tiempo nunca hemos intentado controlar adecuadamente ni disminuir la posesión de armas en manos privadas. Decimos que la PNC y el Ejército tienen el monopolio de la fuerza, pero permitimos un flujo tan abundante de armas hacia manos privadas que contribuimos a que los homicidios se multipliquen a pesar de los esfuerzos policiales. Un arma, como una pistola o, peor aún, un fusil de asalto, solo ofrecen a su dueño una posibilidad: matar. Y como la posibilidad de matar es tan relativamente cercana, las armas se multiplican, se venden, se trafican y se convierten en objeto de contrabando. Y acaban matando. Aproximadamente, entre el 75 y el 80% de los asesinatos que se dan en El Salvador se producen con armas de fuego. Y mientras eso ocurre en la calle, hay políticos que se dedican a regalar armas a los ciudadanos, supuestamente con el fin de que se defiendan y, por supuesto, sabiendo, porque es de cajón, que esa defensa causará más muertos.

Ante esta realidad de abundancia de armas ligeras en manos privadas, es bueno conocer el pensamiento de las Iglesias, que en general han sido las que han mantenido una línea pacifista más constante en nuestro país. La frase de Jesús en el Evangelio de Mateo “Vuelve la espada a su lugar, porque quienes matan con espada con espada morirán” es un punto de partida básico para los cristianos. Pero además, y en la actualidad, los católicos en particular tenemos una abundante doctrina en torno al tema de las armas en general y sus controles tanto internacionales como particulares, pidiendo siempre un “desarme general, equilibrado y controlado”. Sobre el tema, el Compendio de la doctrina social de la Iglesia dice que “es necesario que se adopten las medidas apropiadas para el control de la producción, la venta, la importación y la exportación de armas ligeras e individuales que favorecen muchas manifestaciones de violencia”. Y da su razón: “La venta y el tráfico de estas armas constituyen una seria amenaza para la paz: son las que matan un mayor número de personas y las más usadas en los conflictos no internacionales”. Y para que quede más claro el asunto, el Compendio añade: “Es indispensable y urgente que los Gobiernos adopten medidas apropiadas para controlar la producción, acumulación, venta y tráfico de estas armas con el fin de contrarrestar su creciente difusión”. En realidad, todos sabemos que el mejor uso que se puede dar a un arma de fuego es no tener que usarla. Pero ello requiere una educación acompañada de un control que lamentablemente no tenemos. Hasta los diputados pueden entrar armados a la Asamblea Legislativa, dando un ejemplo de matonería machista digno de toda condena.

El cultivo de la violencia, como el cultivo de las armas o de su tenencia, no lleva a nada bueno. Fortalecer la PNC, educarla para que respete siempre y en todo momento los derechos humanos, sin olvidarlos nunca; y dar mejores salarios a los agentes de base es necesario y legítimo. Y da mucho mejor resultado que privatizar en la práctica la seguridad repartiendo armas a civiles. Las armas deben retirarse de las calles. Porque de lo contrario el famoso monopolio estatal de la fuerza no será monopolio, sino una especie de mercado sangriento que continuará creando dolor y muerte. Con frecuencia se calcula el costo de la violencia, que es muy alto. Reducir drásticamente las armas en la calle contribuirá al producto interno bruto salvadoreño mucho más que lo que hacen las empresas de venta de armas ligeras. Y por supuesto sería un paso mucho más firme hacia la paz social, hoy golpeada, entre otros, por los traficantes de armas y por su excesiva presencia en las calles.

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Anónimo
21/06/2017
02:05 am
señor, por que el deseo de armarse? para defenderme de la inseguridad esto es una cadena y seguiran mas muertes la poblacion dara su vida a cambio de seguridad de su familia,de su seres queridos. por que los guerrilleros se armaron? por las injusticias evidentes en aquel entonces;y ahora traducido en el \"buen vivir\",vivianes. Lindo seria el Eden seguro de los testigos de jehova. Pero hasta el pueblo escogido de Dios tiene armas y masacra. Si ó no? Elimine la inseguridad, y despues escriba que no deberian haber armas en manos de civiles honrados; que desean estar seguros en esas colonias plagadas de delincuentes. Ah es que algunos no viven ahi. si han de comer y dormir tranquilos En la historia civilizaciones se armaron defendieron ante invasiones de vandalos, era su unica opcion. Es natural es natural defenderse.Lo peor es que son costosas y hay que aprender a usarlas sino vos mismo te lastimas. \"Esfuerzate y se Valiente\" David se armo contra Goliat Todooo es
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