Comedia para la masa

Quizá lo más acentuado de estos nueve meses del Gobierno de GANA-Nuevas Ideas ha sido el despliegue agresivo de la comunicación gubernamental, principalmente a través de las redes sociales. Tanto en Twitter como en Facebook, la propaganda y los pronunciamientos políticos del presidente han buscado imponer un discurso hegemónico que casi ha logrado que la población piense lo que Bukele quiere que se asuma como verdad. El peligro de esto es que el pensamiento individual y distinto empieza a ser absorbido por el adoctrinamiento y, con ello, se pone en peligro a la opinión pública.

Considerando lo anterior, el hecho de que Bukele, según el sondeo más reciente de La Prensa Gráfica, tenga un 85.9% de aprobación estaría indicando al menos dos cosas. En primer lugar, que el adoctrinamiento empieza a ser exitoso y, dos, que la opinión pública puede dejar de ser valiosa y necesaria para la toma de decisiones del Gobierno. La alta aprobación de Bukele no indica que está realizando una buena gestión, sino más bien que la mentira deliberada de sus ministros y funcionarios está triunfando y destruyendo la verdad factual. Como ejemplo de ello basta revisar la falsa narrativa construida por Bukele y sus ministros sobre la militarización de la Asamblea Legislativa y su intento de autogolpe: una deshonrosa alteración de la realidad.

Como bien dice Nietzsche, “Allí donde alguien domine, no hay sino masas”. Gracias a ese dominio, Bukele solo recibe alabanzas y adulaciones de sus seguidores, es decir, nada importante para gobernar. Jaspers dice que a las masas se les despierta y guía mediante la propaganda, ya que necesitan ideas y consignas (“los mismos de siempre”, por ejemplo) para que las repitan —sin mayor reflexión en las redes sociales— en contra de los que piensan distinto. La propaganda y las consignas pueden desembocar en acciones peligrosas, como sugieren las recientes declaraciones del nuevo mandamás de Nuevas Ideas, que afirmó que los seguidores de este partido se convertirán en “los ojos del presidente”, constituyéndose en un “ejército social”. Pero veamos qué factores podrían explicar el “éxito” de la comunicación política de Bukele.

Un primer factor que incide en la formación de la opinión pública es la instauración de la ficción como instrumento de la política cotidiana. Así lo explica H. Arendt: “El embustero [...] no tiene problemas para aparecer en escena política; su ventaja es que, por así decirlo, siempre está en medio de dicha escena; es actor por naturaleza; no dice las cosas como son porque quiere que las cosas sean distintas de lo que son”. Una transgresión a la verdad por medio de este recurso puede verse en este tuit: “Director @OsirisLunaMeza, decrete emergencia máxima en todos los @CentrosPenales, todos a encierro total, ni un rayo de sol para nadie, 0 visitas, 0 actividades, 0 patio, 0 tiendas, todos en sus celdas, incomunicados, 24/7, hasta nueva orden”. Acá, Bukele, en su afán de ficción y de que sus espectadores le aplaudan, magnifica su papel y se atribuye el poder de girar una orden que ni siquiera le compete, pero que le hace estar en el centro del teatro. Pero de paso, sin percatarse, deja entrever que su Plan de Control Territorial es un fracaso, ya que los pandilleros siguen ordenando asesinatos desde las cárceles.

El segundo factor es el uso excesivo del pronunciamiento oficial como medio para adoctrinar a las masas. La opinión pública, como variable dependiente, se construye por la influencia de al menos cuatro factores: (1) los valores políticos de las personas, su identificación partidaria y la importancia que da a las cuestiones (issues) de la política; (2) la influencia de líderes de opinión y las posturas políticas de grupos de interés y de presión; (3) la influencia de los medios de comunicación; y (4) los pronunciamientos oficiales. Los primeros tres factores han sido casi anulados por la propaganda del Gobierno; se percibe poca incidencia de ellos en la formación de la opinión pública. Esta pasividad de contrapesos ha facilitado que los pronunciamientos oficiales de Bukele se impongan como verdad. Bukele utiliza muy bien los pronunciamientos y en ellos casi siempre acusa y señala de corruptos, ineptos, sinvergüenzas y “malditos” a sus adversarios políticos. Esta forma de comunicación ha logrado poner en la mente de mucha gente la idea de que la principal causa de los problemas del país es Arena y el FMLN (GANA y PCN han sido purificados por Bukele).

También dice la teoría política que para dominar a la opinión pública, la gente debe recibir el mensaje de que se están resolviendo sus problemas, que se atienden sus necesidades, frustraciones y aspiraciones. Y esto es lo que hacen a diario los pronunciamientos de Bukele y de su gabinete en las redes sociales. La propaganda gubernamental le dice a la población que los asesinatos disminuyen, que ya no hay territorio controlado por pandillas, que los hospitales están abastecidos con medicamentos al 100%, que las calles de acceso a las comunidades se están pavimentando, que el Gobierno trabaja 24/7 y que cumple sus promesas, y que la CICIES ya está instalada en el país y lista para procesar a los corruptos, entre otros. Aquí se aplica muy bien lo que decía Maquiavelo: “Los hombres son tan simples, y se sujetan tanto a la necesidad, que el que engaña con arte halla siempre gente que se deja engañar”.

* Willian Marroquín, coordinador de Tecnologías de Información y Comunicación.