Una apuesta por la epidemiología de precisión

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La enfermedad por coronavirus (covid-19), como la mayoría de enfermedades infecciosas, se propaga con un patrón similar al de la movilidad de los seres humanos. Las medidas sanitarias implementadas para su control van desde el cierre de fronteras y aeropuertos, escuelas, lugares de trabajo y fábricas, aglomeraciones hasta un cierre total o full lockdown. En El Salvador se han aplicado todas estas medidas con la idea de mitigar y hasta suprimir la transmisión del virus.

Lo cierto es que la evolución natural de la pandemia muestra un incremento en el número de casos y fallecidos en el país. Sin embargo, el número de reproducción efectivo Rt, que indica el número de personas a las que un individuo que ha dado positivo a covid-19 puede contagiar el virus, se ha mantenido entre 1 y 2, lo que quiere decir que se ha mitigado adecuadamente. Es decir, el desastre pudo ser mayor de no haber tomado estas medidas generales.

Hoy se necesita dar un paso más y pasar a la epidemiología de precisión. Para evaluar qué tanto se han cumplido y qué tan efectivas han sido las medidas adoptadas necesitamos de medidas más finas. Me parece que estamos en capacidad de realizarlo. El único requisito es la voluntad y el trabajo colaborativo de algunas instituciones guiado por un liderazgo técnico, que hasta ahora ha mantenido un bajo perfil.

En Haití, por ejemplo, la Fundación Flowminder (https://web.flowminder.org/), con el apoyo de socios estratégicos nacionales e internacionales, ha implementado esta epidemiología de precisión para controlar de mejor manera la pandemia de covid-19. Para ello, han integrado un gran número de fuentes de datos, incluyendo los operadores de telefonía móvil, para modelar y predecir la propagación de enfermedades infecciosas.

Al usar datos anónimos y agregados de las Redes de Operadores de Telefonía Móvil han sido capaces de conocer mejor los patrones de movilidad y les ha permitido mejorar la toma de decisiones sobre qué medidas aplicar, anticipadamente o sobre la marcha. Con esta metodología, la Fundación Flowminder y sus socios también fueron pioneros durante la epidemia de Cólera en el año 2010 y han publicado resultados alentadores en la Revista Nature. (https://www.nature.com/articles/srep08923).

Actualmente estudian cómo las restricciones de movilidad por covid-19 están modificando los patrones de visitas y cómo estos cambios pueden tener un impacto en la transmisión del coronavirus. A la fecha han publicado dos reportes, el último de ellos fue publicado en junio de 2020. En los reportes se evidencia que encontraron una reducción general de la movilidad y de las visitas a diferentes áreas geográficas: 30% menos viajes entre ciudades y 20% menos viajes a distritos comerciales y fronteras. Por el contrario, han identificado un incremento del 10% de visitantes a las áreas rurales.

Además, se plantean como próximos pasos: medir la distancia promedio de viaje y los flujos de personas ,más importantes, los flujos entre ciudades y áreas periféricas, los cambios en lugares de residencia versus cambios en flujos de viajes, los puntos calientes y mezcla de poblaciones, el análisis de puntos fronterizos (usando indicadores de presencia, mezcla de poblaciones y flujos) y enfocarse en las áreas de interés por covid-19.

La información generada por esta epidemiología de precisión en tiempo real puede ayudar a tomar las mejores decisiones sobre las medidas de cierre o restricción en áreas geográficas específicas. En este momento que se anuncia la reapertura de la economía, nos vendría muy bien este tipo de análisis. Primero, para evaluar lo que hemos realizado antes y luego para decidir oportunamente y sobre la marcha las medidas precisas en municipios específicos.

Un asocio entre los epidemiólogos del Ministerio de Salud, los modeladores matemáticos de las universidades y los investigadores del Instituto Nacional de Salud, además del concurso de las compañías telefónicas y, tal vez, el apoyo de una fundación como Flowminder o Bill & Melinda Gates, haría posible esta empresa. Por supuesto, se requiere el total respaldo de los líderes políticos nacionales.

  

* David Rodríguez Araujo, médico epidemiólogo. Artículo publicado en el boletín Proceso N.° 10

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