Crisis de efectos desiguales

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La crisis económica que vive Estados Unidos y sus posibles implicaciones para la ya golpeada economía salvadoreña ha sido tema de permanente discusión en los últimos días. Y no es para menos. Como es sabido, la nación del norte es el principal destino de nuestras exportaciones, la principal fuente de las importaciones y, no faltaba más, el principal origen de las remesas que mandan los compatriotas que se fueron buscando las oportunidades que en esta tierra se les negaron.

A propósito de esta situación, el Premio Nobel de Economía 2001, el estadounidense Joseph Stiglitz, en un ensayo publicado en una revista de su país, hace revelaciones sobre la realidad norteamericana que perfectamente pueden leerse como si hablara de la salvadoreña. Stiglitz —el economista más citado en el mundo en 2010— sostiene que un minúsculo 1% de la población estadounidense, que recibe el 20% del ingreso y controla el 40% de la riqueza nacional, no se ve afectado en absoluto por la crisis, que sí golpea a las clases media y baja de aquella sociedad. El laureado economista demuestra, con la acuciosidad que le caracteriza, que la suerte de los más ricos de Estados Unidos mejora año con año (aun en plena crisis) mientras que en las últimas décadas el ingreso de la clase media ha descendido vertiginosamente. Estados Unidos, hoy en día, en términos de igualdad en la distribución del ingreso, marcha al final de la lista de sus aliados europeos y hasta de Brasil, que han logrado reducir la brecha entre ricos y pobres.

La conclusión de Stiglitz es lapidaria: "Una economía en la cual la mayoría de ciudadanos se empobrece año con año está destinada al fracaso". Cualquier parecido con la realidad salvadoreña no es coincidencia. Y las revelaciones de Stiglitz siguen con asombrosa semejanza. Sostiene que temas como la seguridad, la educación, la salud y la disponibilidad de lugares de recreo no son temas de interés para los ricos porque ellos pueden comprar esos servicios con su propio dinero. Es decir, a los ricos les tiene sin cuidado que la mayoría de gente no goce de los servicios públicos que ellos pueden costear de manera privada. El problema, dice el Premio Nobel, es que con esa actitud los que más tienen contribuyen a ensanchar aún más la brecha entre ricos y pobres, disipando todo posible lazo de solidaridad con las personas de menores ingresos. Con ironía, Stiglitz considera que la desigualdad económica es un "logro orgullosamente americano", que tiene en su raíz la convicción generalizada de que la riqueza genera poder y el poder genera riqueza. ¿Nos recuerdan estas afirmaciones a la realidad salvadoreña?

A propósito de las causas de la crisis que vive los Estados Unidos, el economista, como otras voces al interior de su nación, señala a las guerras en las que participa el ejército norteamericano como una de las más importantes. Según Stiglitz, solamente los costos de las guerras en Irak y Afganistán superarán los cinco mil millones de dólares. Con costos así, ¿por qué la guerra no se encuentra en el centro del debate sobre la deuda nacional de Estados Unidos? Mientras el presidente Obama y el Congreso argumentan que la salud pública y la seguridad social son los dos factores que desestabilizan el presupuesto, el pueblo norteamericano, dice Stiglitz, debería exigirles a ellos que dejen de mantener guerras que están empobreciendo a la mayoría de la población estadounidense... no así al privilegiado 1%. Repetimos: cualquier parecido con la realidad salvadoreña no es coincidencia.

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Anónimo
23/08/2011
12:35 pm
cabe destacar que el contexto del articulo, esta basado en la realidad, y no podemos dejar de lado que seguira golpeando, debido a la dolarizacion de nuestro pais, pero deben buscarse nuevos mecanismos y sobre todo conciencia en la población, y conociendo la verdad,
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