Ejemplos para políticas

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En el país encontramos emprendedores que son ejemplo de trabajo, honestidad y dignidad. Pero no basta con tenerlos y con enorgullecernos de ello. Es importante que tomando en cuenta las necesidades de estas personas, los obstáculos que tuvieron para instalarse, los miedos que puedan tener ante los problemas actuales, nos planteemos crear políticas que no solo apoyen el esfuerzo de tantos compatriotas, sino que hagan atractivo el modelo de vida y producción que ellos impulsan. El salvadoreño se ha destacado siempre por su emprendedurismo y laboriosidad, pero no siempre se le apoya desde las políticas públicas como se merece. Y dejar en solitario o aisladas a personas creativas, capaces de multiplicar la producción y el trabajo, es un error grave.

Un salvadoreño que volvió de Estados Unidos después de trabajar allá 16 años, por poner un ejemplo real y reciente, compró en una zona costera aproximadamente 28 manzanas de tierra con sus ahorros. En este momento tiene en plena producción 24 manzanas con plantaciones de fruta. Da trabajo permanente a más de 20 personas y vende su fruta, especialmente guayabas, tanto en los supermercados como en La Tiendona. Tiene agua potable permanente para sus trabajadores utilizando filtros de primer nivel, y es apreciado en la zona. Como él, hay otros salvadoreños que retornan, ponen negocios, construyen casas, se multiplican en favor de su propio país. En comparación con sus hermanos centroamericanos, El Salvador tiene una de las mejores redes de consulados, tanto en México como en Estados Unidos. Pero al interior del país se necesita impulsar el retorno de salvadoreños creativos, emprendedores, productivos, que impulsen tanto el trabajo decente como la producción a todo nivel. Especialmente en el campo. Según algunos cálculos, hay en torno a 400 mil manzanas de terreno de vocación agrícola que están siendo infrautilizadas o que permanecen sin explotar. En un país pobre como el nuestro, no deberíamos mantener esta especie de desperdicio de oportunidades.

Es imprescindible diseñar políticas públicas que favorezcan a este tipo de personas, que se arriesgan con sus ahorros a iniciar una nueva vida en el país que previamente los había expulsado. Tienen un enorme valor moral, porque están retornando, con ganas de hacer el bien y haciéndolo en una tierra que inicialmente no les fue propicia, dado que tuvieron incluso que emigrar. Y ya esa actitud es una ganancia para El Salvador, pues nos habla de gente generosa y trabajadora que no cae en el griterío y la politiquería de algunos de nuestros potentados económicos, que están siempre quejándose cuando no se les permite hacer lo que les dé la gana. No necesitamos gente que diga que ama a El Salvador, sino gente que lo demuestre con obras. Esas frases de primero El Salvador, etc. —y no solo las de la derecha— se han visto demasiadas veces traicionadas por la corrupción, el favoritismo y la indiferencia ante los problemas de los pobres. Crear y multiplicar valores de verdad se hace desde la acción, no desde el discurso. Y a estos emprendedores, que regresan motivados por el cariño a su tierra, que multiplican la producción, mejoran la economía y relanzan valores solidarios y patrióticos, hay que apoyarlos.

Apoyar emprendedores implica escucharlos. Las dificultes burocráticas que pueden enfrentar para instalarse, la inseguridad que se está multiplicando también en el campo, la corrupción en algunas instituciones —que fácilmente puede desalentar a gente bien intencionada cuando se topa con ella— y cualquier otro problema que ellos mismos señalen deben ser estudiados con seriedad. Y debe llevar a las autoridades a poner los medios para superarlos. El apoyo a las nuevas inversiones, a quienes retornan trayendo capital e ideas, a esa masa de pequeños y medianos inversionistas que quieren ganarse la vida trabajando y dando trabajo a los demás, es indispensable para mejor la construcción del futuro nacional. Es más, cuando los retornados vienen con ganas de trabajar en el país, traen generalmente nuevas ideas, mayor creatividad y un modo de desenvolverse en el trato con los demás más respetuoso y apegado a normas. Todo son ventajas.

Hemos pensado demasiado en las remesas y demasiado poco en la gente que las produce. Así como hemos organizado la política económica fijándonos más en el consumo que en la producción. Hemos dejado el campo y optado por la ciudad con rapidez sin tener mucho que ofrecer a esa enorme masa de personas que viven en barrios superpoblados y hacinados. No nos hemos preocupado por la desigualdad y predicamos diálogo y entendimiento solo para unas élites que están demasiado lejos de los problemas diarios de la gente. En la práctica, mantenemos al campo y a sus trabajadores marginados de las redes de protección social. No hemos diseñado verdaderas políticas de desarrollo social ni nos hemos preocupado como debiéramos por aquellos que quieren invertir en el agro. El ejemplo de algunos agricultores emprendedores, capaces de montar sus propios negocios, de establecer alianzas productivas, de ofrecer trabajo en medio de zonas deprimidas, debería despertarnos de esta modorra y lentitud con la que tratamos las cosas del campo; hemos olvidado que es allí donde se cocinaron nuestros valores de laboriosidad y solidaridad salvadoreñas. Hacer política pública desde las buenas prácticas de estos pequeños y medianos empresarios es una urgencia para el desarrollo del país.

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Anónimo
18/10/2015
20:23 pm
Hay un 9bvio desconecte entre los emprendedores Pymes y las instituciones publicas como Minec, Mag,Centa,y especialkente la Banca privada. Ademas es dato curioso q muchas empresas q se jactan de tener una politica social rrsponsable no le abren espacios a la pymes. Aunque les parezca ridiculo por alli anda un vendedor de leche de cabra pero nadie lo apoya a envasarla, es pisitivo q Walmart le dio oportunidad a un grajero q produce carne de conejo enpacada,m9delo ejemplar..q pasaria si las pymes d3 fentroamerica tuvieran acceso exclusivo al 5% de los presupuestos nacionales de tida la region???
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Anónimo
14/10/2015
19:56 pm
Todo lo que este editorial analiza son ciertas, pero el problema de fondo en las instituciones de gobierno es que a los micro y pequeños empresarios se les sigue viendo con recelo y no hay oportunidades de un deseo real de ayudarle a crecer, por ejemplo el BANDESAL tan esperado por muchos solo vino a favorecer a las grandes y medianas empresas ya establecidas en el país y los emprendedores no han tenido la oportunidad de competir por que no se les asignan créditos que realmente les permitan crecer, generalmente por falta de capacidad de garantía reales que les aseguren la devolución de los mismos; además siguen siendo los mismos bancos del sistema los que administran estos fondos y se los confieren a quienes ellos quieren. ¿Entonces quienes son los verdaderos responsables que el país no cresca?
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Anónimo
09/10/2015
12:01 pm
Este artìculo, puede resumirse en lo siguiente:Honestidad ,Sacrificio,Voluntad, si esto lo tuvieran como mìstica los polìticos, la grande y mediana empresa, y en general la sociedad, quiza el paìs pueda ir saliendo adelante.
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