En El Salvador el fútbol no ha estado aislado de la política. Al menos desde 1989, los presidentes se han vinculado de una u otra manera con este deporte. Del expresidente Cristiani (1989-1994) existen registros fotográficos posando con el futbolista Jaime “la Chelona" Rodríguez, y del expresidente Calderón Sol (1994-1999) retratado con Milovan Djoric, entonces técnico de la selección salvadoreña. En ese entonces, el discurso que prevalecía era que el fútbol servía para "construir redes de prevención y reinserción", "combatir la drogadicción y la delincuencia" y "capacitar a los jóvenes de escasos recursos". Pero, más allá de las fotos y frases, es difícil reconocer proyectos sostenibles de fútbol en los cuales se pueda evaluar un impacto social. Más bien, parece que el fútbol ha sido un tema de interés periférico para los presidentes de la República.
Francisco Flores: corrupción en Fedefut sin consecuencias
El presidente Francisco Flores (1999-2004) prometió “purgar” la corrupción en el caso “Robo en la Federación Salvadoreña de Fútbol (Fedefut)”, en el que el principal implicado fue Juan Torres, expresidente de la Federación. La Corte de Cuentas denunció en 1999 un millonario faltante de 90 millones de colones. Sin embargo, se desconoce cómo fue abordado por las autoridades. Otro escándalo durante esta administración fue el partido entre una supuesta selección de "El Salvador" y Zimbawue en enero de 2004. El evento fue catalogado internacionalmente como fraude, por no ser la selección oficial de El Salvador la que disputó el juego, sin embargo, es difícil encontrar declaraciones del presidente Flores o de las consecuencias judiciales para los involucrados. Este caso quedó en la impunidad. Lo que sí hubo, durante esta administración como en las anteriores, fueron fotografías del presidente con la selección de fútbol cuando ganaron la medalla de oro en fútbol de los juegos Centroamericanos y del Caribe en 2002.
Elías Antonio Saca: la demagogia del fútbol
Elías Antonio Saca (2004-2009) fue narrador de fútbol antes de ser presidente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) y antes de ser presidente de la República. Durante ese tiempo, Rodrigo Calvo (exjefe de Saca en Canal 4) se desempeñó como presidente de la Federación Salvadoreña de Fútbol (FESFUT) (2006-2009). Según la Corte de Cuentas, durante el período de Calvo, hubo indicios de corrupción, ya que la Federación gastó indebidamente $1.2 millones en 2008. Cuando Calvo abandonó su cargo en 2009, lo sustituyó Reynaldo Vázquez, que también fue señalado por recibir sobornos por otorgar derechos televisivos y que hoy guarda prisión en los Estados Unidos por su presunta participación en el escándalo “FIFAgate”. Sin embargo, en el país, en ninguno de los casos es fácil hallar una declaración o denuncia sobre estos hechos por parte del entonces presidente de la República.
Lo que sí hizo Saca fue aprovechar la popularidad del fútbol y ofrecer $5,000 por gol a los seleccionados masculinos durante la eliminatoria mundialista (Ver foto 2). Al principio, el reconocimiento monetario se entregó a cada anotador, pero luego fueron repartidos a todo el plantel. Saca decía: “Es un incentivo por el entusiasmo que genera en el país el fútbol". Sin embargo, no se supo ni la procedencia de los fondos, ni tampoco políticas sostenibles con relación al fútbol.
Mauricio Funes y Sánchez Cerén: presidentes alejados del fútbol
Durante la campaña presidencial de 2009, el candidato Mauricio Funes asistió a un partido de la selección salvadoreña contra Panamá en el Estadio Cuscatlán. Su nombre fue vitoreado por buena parte de los asistentes. Ya siendo presidente, nombró al exfutbolista Jaime «La Chelona» Rodríguez, como presidente del Instituto Nacional de los Deportes (INDES). Durante las eliminatorias para el mundial del 2010, reclamó a un grupo de aficionados por una "actitud xenofóbica", tras haber utilizado mascarillas en un partido de la selección salvadoreña ante México en el contexto de la pandemia por influenza H1N1. Luego- según lo documentó un periódico nacional- el presidente Funes pidió investigar a los dirigentes del fútbol nacional por el presunto amaño de partidos de la selección nacional, ya que no creía que “solo los jugadores estuvieran implicados”, pero su señalamiento nunca prosperó. A pesar de estas referencias, es difícil reconocer que el fútbol fuera para él una prioridad. De Sánchez Cerén solo se rastrea su presencia en la reinauguración del estadio Juan Francisco Barraza en San Miguel en el 2011, cuando era vicepresidente del país y ya como mandatario, entregó un incentivo económico a la selección de fútbol playa y un video se hizo viral en el que el profesor cobraba un penalti en la inauguración de la sede “Jóvenes con todo” en el 2017. Nada más y nada menos.
Nayib Bukele: personalismo, nepotismo y nacionalismo exacerbado
Nayib Bukele usó al fútbol para promover su imagen cuando fue alcalde de San Salvador. El 17 de diciembre de 2017 asistió a un juego del Alianza con la camisa de ese equipo. Nada novedoso, pues otros alcaldes de San Salvador como Norman Quijano y Ernesto Muyshondt también lo hicieron en su momento, utilizando también el fútbol para proyectar su imagen. Los equipos populares y la selección masculina de fútbol han sido un atractivo para los políticos que les permite llegar a posibles electores.
Antes del juego entre México y El Salvador en las eliminatorias para Qatar 2022, apareció una pancarta de apoyo al presidente. Posteriormente, una foto de dicha pancarta fue compartida por la cuenta de Twitter de la Secretaría de Prensa de la Presidencia, destacando la pancarta como una señal de apoyo hacia el presidente Bukele (Ver foto 4).
Respecto al nepotismo, Bukele mostró varias veces su interés por controlar la institucionalidad del fútbol, por medio de su familia, incluso antes de ser presidente. Por ejemplo, el 11 de junio de 2015 en twitter hizo público su deseo de que un familiar suyo pudiera "arreglar la FESFUT". Ya siendo presidente, el 13 de octubre de 2021 -luego de la derrota de la selección de El Salvador ante México en las eliminatorias mundialista- expresó en su cuenta de twitter: "Yo creo que es hora de intervenir... Nos sancionan un par de años y luego volvemos jugando de verdad". Este ofrecimiento resulta especialmente popular en un país con deficientes resultados futbolísticos y donde este deporte afronta múltiples señalamientos de corrupción. Llama la atención que el punto de partida de la solución que propone el presidente sea desde una lógica nepotista, ya que sin ningún reparo propuso a su hermano en un puesto en el que puede incidir en la toma de decisiones sobre el fútbol.
En relación al nacionalismo exacerbado, a partir del campeonato obtenido en el torneo CONCACAF en 2021, Bukele dijo que entregaría $7000 a cada uno, incluido el cuerpo técnico. Como con Saca, nunca se supo de dónde provenían los fondos. Durante algunos partidos de la “selecta” el presidente ha sido muy activo en las redes sociales celebrando goles y enalteciendo los jugadores locales. El 5 de septiembre de 2021, después de una falla en la iluminación en el estadio Cuscatlán anunció que El Salvador tendría un "nuevo y hermoso" estadio de fútbol. En su mensaje Bukele aseguró: "... es una colaboración otorgada directamente por el presidente Xi (Jinping) y una muestra de la amistad entre los pueblos de China y El Salvador”.
Pero más allá del personalismo, nepotismo y nacionalismo exacerbado de Bukele, hay que destacar un cuarto aspecto relacionado a la falta de seguimiento al debido proceso y la falta de transparencia. Por ejemplo, jóvenes beneficiarios de la Fundación Forever exigieron a Bukele el pago 600 becas atrasadas porque no se cubrieron los costos de las becas por 8 meses. Esto a pesar que los fondos asignados ya estaban aprobados dentro del presupuesto del Estado. Lo que puede enmarcarse como un irrespeto a la institucionalidad del fútbol. Además, después de la derrota de la Selecta ante México, amenazó con intervenir a la FESFUT diciendo: "Es hora de intervenir para luego volver jugando de verdad". Es decir, el reciente intento de intervención de la Fesfut era algo anunciado hace ratos.
Corolario
Los presidentes salvadoreños desde 1989 han abordado al fútbol de manera superficial, y han promovido pocos incentivos sostenibles, sin mejorar la calidad del fútbol. Para los gobernantes, el fútbol ha sido intrascendente, o solo utilizado como herramienta de manipulación política, sus promesas de terminar la corrupción del pasado no han prosperado. Sus decisiones no han fomentado éxitos deportivos de alto nivel en el fútbol, ni mucho menos incluido la mejora en la calidad de vida de la mayoría, a pesar de ser el deporte más popular en El Salvador.
Por el contrario, el fútbol se ha manipulado a razón de los intereses del político de turno. Se ha aprovechado la popularidad y el nacionalismo fomentado por el deporte, pero sin resolver sus problemas estructurales. Y la situación no pinta a mejor en medio de un ambiente de inestabilidad política.
*Luis Aguilar, docente e investigador del Departamento de Sociología y Ciencias Políticas. Artículo publicado en el boletín Proceso N.° 99.