Instrucciones para pensar en tiempos de equilibristas

En América Latina en general, y en El Salvador en particular, el equilibrismo parece ser la imagen de nuestra forma de vida. El equilibrismo nos señala que todo está bien. Caminamos sobre una cuerda floja, pero no se preocupe mucho. Mire que no nos hemos caído, ni para la izquierda, ni para la derecha. Avanzamos. No hay red de seguridad, por si acaso nos caemos, pero eso sería como no tener fe en Dios o confianza en usted mismo. Confíe. Camine.

Un pasito primero, compre bitcóin. Bajó. Compre más. Otro paso después, tendremos un hospital para mascotas. Si piensa que el costo de la vida subió va a caer al despeñadero del lado izquierdo. Si se pregunta por los desaparecidos, esta tensión lo hará precipitarse a la derecha. Y no hay red de seguridad. Así que siga caminando.

En tiempos de equilibristas pensar no es bueno. Pensar de forma crítica peor. Construir pensamiento intelectual, dedicarse al periodismo, la academia o la investigación no tiene más beneficio que caminar del lado de la verdad. Pero caminar del lado de la verdad tiene sus ventajas. Es posible prever futuros y crear planes de contingencia que serán pequeñas redes para nuestros países.

Esta semana, en medio de discusiones sobre el fútbol y un concierto de Bad Bunny, los datos nos han señalado que el riesgo país de El Salvador, según el EMBI (el principal indicador de riesgo país y está calculado por JP Morgan Chase), continúa aumentando. En este momento, estamos solo un punto debajo de Argentina y somos el tercer país de América Latina con un riesgo país alto, lo que indica que los inversionistas tienen cada vez menos confianza en lo que sucede con nuestra economía.

Tener acceso a estos datos y a otros que la academia y las investigaciones están constantemente produciendo y arrojando nos permite tomar decisiones. Por el contrario, el Gobierno oculta las cifras reales sobre decesos y contagios por la variante ómicron. Los estadios están abiertos, las clases presenciales no se han suspendido y todo está bien. Sin embargo, hay investigaciones que nos muestran que hemos alcanzado un pico de más de mil cien contagios de covid-19 en un día.

En tiempos de equilibrismos y fe ciega, el pensamiento crítico es importante. La base del pensamiento crítico no es una discusión sin sentido. No se trata de estar en contra de todo. Eso es ideología o simple pesimismo. La actitud crítica consiste en contrastar nuestros marcos de pensamiento con datos y realidades que van más allá de lo que me gusta o lo que quiero ver. Esta es también la base del pensamiento científico. Un anhelo muy viejo.

El filósofo griego, Aristóteles, señaló en sus escritos que “como los ojos del murciélago, nuestra mirada no puede ver la luz más brillante”. Muchas veces lo que es más evidente ante nuestros ojos se nos oculta. Y por eso el ejercicio del pensamiento crítico es fundamental. En tiempos de equilibristas que ven todo bien, la academia, nuestra academia, reivindica el derecho a la pregunta. La pregunta que nos permite tomar decisiones en la vida cotidiana. Como dice una canción popular saber no puede ser lujo.

* Artículo publicado en el boletín Proceso N.° 76.