Las víctimas de la precarización económica en El Salvador

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Iudop
24/02/2023

Según la encuesta de evaluación del año 2022 del Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop), la economía ha repuntado como la principal preocupación de la población salvadoreña. Los resultados de este estudio nos han brindado importantes esbozos del estado de la economía familiar de los hogares salvadoreños al cierre del año recién pasado.

Al hacer una radiografía de la condición socioeconómica  de la población al cierre de 2022, los resultados advierten que una alta proporción de hogares ha sufrido las consecuencias de la situación de precarización económica del país. Prácticamente la mitad de las personas (48.5%) afirmaron que en sus hogares tuvieron que dejar de comprar algunos alimentos por los aumentos de precios, 41 de cada 100 (40.9%) mencionaron que en su hogar se tuvo que prestar dinero para cumplir con los compromisos mensuales, 13 de cada 100 (12.7%) dijeron que en su casa alguna persona tuvo que abandonar sus estudios porque era necesario que trabajara y  18 de cada 100 (17.5%) afirmaron que al menos una persona en el hogar tuvo que salir del país para buscar trabajo.

Para profundizar sobre la situación económica familiar es necesario tomar en cuenta algunas variables sociodemográficas clave como el sexo, área de residencia, nivel académico y rango de ingresos de las personas encuestadas. Lo anterior permite identificar quiénes han sido las personas más afectadas por las distintas situaciones de vulnerabilidad que consultó la encuesta:

Tabla 1. Grupos sociales más afectados por situaciones de vulnerabilidad en el hogar.

Los datos anteriores muestran quiénes son los que más han sufrido la precarización de su situación económica familiar. Las mujeres han sido más afectadas por la racionalización forzosa de las compras de alimentos y son quienes más declaran que en su hogar fue necesario prestar dinero para llegar a fin de mes. Por tanto, entran ineludiblemente dentro del grupo de población más afectada.

Las personas sin escolaridad formal y las personas con niveles de escolaridad inferiores a bachillerato también se han visto especialmente golpeadas. Sus hogares se vieron más propensos a racionalizar las compras de alimentos, a tener que pedir prestado para llegar a fin de mes, a dejar los estudios para trabajar y a verse forzados a salir del país para buscar trabajo. Además, la mayor parte del grupo de personas que declaró tener un ingreso inferior a $400 sostuvo que no solo racionalizaron la compra de alimentos, sino que también tuvieron que pedir prestado dinero para cumplir con sus compromisos económicos mensuales.

De igual forma, las personas del área rural son quienes manifestaron con mayor frecuencia que al menos una persona en el hogar tuvo que salir del país a buscar trabajo. No hay que olvidar que, en años anteriores, datos de la Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples (EHPM) han revelado que los hogares del área rural tienden a tener más personas en Estados Unidos.

Por otro lado, las estadísticas macroeconómicas no son alentadoras. Un indicador de referencia, el Producto Interno Bruto (PIB), creció solo un 2.6% durante el 2022 registrando, como venía siendo costumbre antes de 2021, el crecimiento más bajo de la región centroamericana.  Además, diciembre cerró con una tasa de inflación interanual del 7.32% con respecto al año 2021. Ya en 2021 la tasa de inflación interanual fue de 6.11%.

Los alimentos, que representan el principal gasto de la gran mayoría de los hogares según datos de la encuesta del Iudop, se encarecieron en mayor proporción al resto de grupos de bienes que componen el Índice de Precios al Consumidor y se registraron niveles de inflación de doble dígito con respecto al año 2021 (12.24%).

Finalmente, aunque aún no hay estadísticas oficiales de la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) del año 2022, si es posible advertir a partir de los datos de la EHPM del 2021, publicada por la extinta Dirección General de Estadísticas y Censos (Digestyc), que existía una disminución en el ingreso familiar promedio con respecto al año 2020. Los datos de la Encuesta de Evaluación del año 2022 del Iudop también revelaron una disminución en el ingreso familiar promedio y un aumento en el porcentaje de personas que viven en hogares con ingresos familiares inferiores a $400.

Para este año 2023, el gobierno no puede continuar afrontando la situación económica como lo ha hecho hasta ahora. La disminución arancelaria (que incentiva la importación de bienes del extranjero por sobre la producción local), la imposición del bitcoin como moneda de curso legal, los desfiles mediáticos por las gasolineras y supermercados para revisar precios, el gasto en publicidad para exponer la situación económica de otros países y el sobresaltar la palabra “mundial” en cada posicionamiento oficial en el que se hace referencia a la inflación o la crisis económica son medidas que no parecen estar dando el efecto esperado en la economía familiar de los hogares salvadoreños. Tampoco el subsidio en los precios de la gasolina demostró ser una medida sostenible en el tiempo.

Y aunque la situación actual de precarización económica tiene a su base razones exógenas que están fuera del alcance de la política pública nacional como los aumentos en los precios de los combustibles, la crisis energética y la guerra entre Rusia y Ucrania, también hay elementos que sí tienen que ver con la política pública nacional como el debilitamiento de la estructura productiva, la cada vez más acentuada dependencia de alimentos del exterior o el desfasado sistema de subsidios y ayudas económicas a la población.

Frente a este escenario, en el que se vislumbra cada vez más de cerca una crisis económica internacional, serán necesarias medidas reales, consensuadas y planificadas para sacar a flote la economía nacional, pero, sobre todo, para proteger a los sectores más vulnerables de la población salvadoreña.

 

* Instituto Universitario de Opinión Pública. Artículo publicado en el boletín Proceso N.° 116.

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