Para quienes desconocen qué es la justa distribución de la riqueza

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Editorial UCA
22/02/2017

Recientemente, el editorialista de El Diario de Hoy se preguntaba qué quiso decir el Rector de la UCA al afirmar, en declaraciones al mismo periódico, que El Salvador necesitaba una justa distribución de la riqueza. A lo que el Rector apuntaba es que en nuestro país la riqueza se distribuye injustamente, pues está acaparada por un número relativamente pequeño de personas, mientras la mayoría vive con un nivel de ingreso insuficiente para satisfacer las necesidades básicas.

Tan nociva distribución de la riqueza genera cada vez mayor desigualdad, lo que dificulta el desarrollo y perpetúa la pobreza en la que vive más de la tercera parte de los salvadoreños. Además, esta dinámica excluyente alimenta la situación de violencia y criminalidad; una situación que no podrá resolverse sin que se avance hacia una mayor equidad en los niveles de ingreso de la población y en las oportunidades que tienen unos y otros. Sin una justa y más equitativa distribución de la riqueza, El Salvador no tendrá futuro, ni alcanzará mayores niveles de desarrollo humano y social, ni frenará la migración, ni reducirá la criminalidad.

Quizás lo que le llamó la atención al editorialista del matutino es que se utilizara la palabra “justa” para referirse a la distribución de la riqueza. Ciertamente, no es fácil decidir qué es justo y qué no lo es, pero debe ser la racionalidad la que dilucide cuándo se actúa de manera justa o cuándo se comete una injusticia en cualquier área del quehacer humano. Por ejemplo, nadie consideraría justo que si 10 personas deben compartir un pastel, dos acaparen la mitad del mismo y los otros ocho se queden con el resto. Para la doctrina social de la Iglesia, la justicia está en relación al bien común; se actúa con rectitud cuando se favorece el bien común y la justicia social, especialmente cuando se protege a los más débiles y necesitados.

Todos los informes serios sobre la situación económica y social de El Salvador afirman que hay una muy desigual distribución de la riqueza. En la actualidad, ya no se puede decir que 14 familias sean dueñas del país, pero sigue siendo verdad que una muy pequeña parte de la sociedad se queda con gran parte de la riqueza. Según el PNUD y el Banco Mundial, el 20% más pobre de la población apenas recibe el 5% del total de los ingresos, mientras que el 20% más rico se queda con el 50%. Si lo traducimos a cifras, partiendo de que somos 6 millones, el 20% más rico del país ingresa 9,450 dólares anuales per cápita, mientras que el 20% más pobre (un millón doscientas mil personas) solo percibe 945 dólares. Y estos números no reflejan del todo la realidad, pues dentro de esos quintiles hay grandes diferencias, que hacen todavía más dramáticos los contrastes. Según un reciente informe del Banco Mundial, alrededor del 25 % de los salvadoreños se encuentra en situación de pobreza crónica, es decir, nació pobre y se mantendrá pobre hasta la muerte.

Por desgracia, no son las leyes ni el cumplimiento de las mismas lo que establece qué es justo y qué no lo es. Las leyes solo determinan lo que es legal, y son muchas las normativas que no pueden ser consideradas justas. En concreto, no es justo que no se pague un impuesto por el patrimonio, que no exista el impuesto predial, que el impuesto sobre la renta sea regresivo y favorezca a los que tienen rentas más altas, aunque todo ello sea legal. En El Salvador, las leyes favorecen la injusta distribución de la riqueza. Otro ejemplo: por ley, las AFP cobran en concepto de comisión el 20% de lo que cada trabajador cotiza mensualmente a su fondo de pensiones, lo que les permite a las empresas obtener ganancias netas del 60%, o incluso mayores, sobre el capital que han invertido sus accionistas. Ello mientras las cuentas individuales de los trabajadores cotizantes no generan rentabilidades anuales mayores al 4,5% ni les ofrecerán una pensión digna para la vejez.

Para que en El Salvador se pueda hablar de una justa distribución de la riqueza, es necesario cambiar radicalmente el sistema tributario, ofrecer salarios justos para los trabajadores, invertir en salud y educación, y garantizar la seguridad social para los más débiles y desprotegidos. En nuestro país, preguntarse por esta realidad sin ánimo verdadero de conocerla ni transformarla es asunto de ociosos.

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Anónimo
23/02/2017
17:33 pm
Diego, la historia demuestra que el gran capital se inició con la expropiación forzada de las propiedades y el oro indígenas, luego de la conquista. Si retrocediéramos el tiempo y la Fiscalía pudiera actuar correctamente, de acuerdo a los derechos humanos y a la ética, no pocos ricos tendrían que devolver sus propiedades a los indígenas. Además, sin ir tan lejos, el dueño de la pastelería NO puede usualmente hacer el pastel sin los humildes panaderos, o reposteros, y les debe pagar el salario justo. Pero debemos recordar que NO estamos hablando de pequeñas pastelerías, sino del gran capital. El 20% \'plus\' que se menciona son los ricos que ostentan el \'poder real\', los intocables, los \'dones\' que muy probablemente nacieron ricos, y morirán ricos, sin mayores esfuerzos. Y lo peor es que estos ricos unen sus familias y se oponen a que otros progresen. Bloquean el surgimiento de nuevas empresas y monopolizan la riqueza. Así, no es tan fácil refutar lo del pastel...
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Anónimo
23/02/2017
14:17 pm
No es injusto que los ricos hagan más dinero de sus inversiones, sería injusto que ese dinero se lo repartan a la gente que no ha trabajado, pero SI es injusto que \"evadan\" el pago de impuesto, que hagan chanchullos, que obligen al contador (que le pagan una miseria) a utilizar artimañas para la elusión y evación fiscal; es falso e injusto que los ricos cada vez que se les recuerda que son unos evasores, se escuden en decir que les quieren quitar la riqueza y utilicen falasias que se quiere utilizar el socialismo para quitarles sus riquesas.
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Anónimo
23/02/2017
13:12 pm
análisis falso, don diego, en El Salvador lo que produjo riqueza fue el amiguismo con el estado, los monopolios y la corrupción...son escasas las riquezas astronómicas que fueron obtenidas con esfuerzo honrado.
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Anónimo
23/02/2017
07:42 am
La premisa de la distribucion es incorrecta, si suponemos que 10 personas encuentran un pastel, seria injusto que no sea repartido en partes iguales, pero la realidad de la vida es que no hay pastel, solo hay 10 personas hambrientas, y lo que sucede es que 1, 2 o mas personas hacen un pastel con su esfuerzo, conocimiento y habilidades, es injusto que ese pastel no sea repartido en partes iguales? tienen derecho las personas que hicieron el pastel, que de otra forma nunca hubiera existido, a hacer con el lo que crean mas conveniente? es justo que los que no contribuyeron a hacer el pastel dispongan de este?
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Anónimo
22/02/2017
23:30 pm
Cuando hablan la pobreza, desigualdad y etc me cuesta creer un poco, no porque suponga que estamos mejor de lo que dicen los números, si no que creo que los números son muy felices para lo que la realidad es, solo hay que meterse a ver cuanto cuesta según el MINEC la canasta básica y como formulan esos datos y como cambiaron la formula en el 2012. La pobreza en El Salvador es estructural y viene no solo de políticas \"neoliberales\", si no que gobiernos de izquierda, en lugar de combatirla, barriendo la corrupción y dando los datos reales, tanto en lo económico como en la seguridad. Este país no produce, nuestro PIB lo sostiene la remesa y ya no alcanza, ahora recurren a las pensiones pero ya ni aun con la cooperación extranjera se puede y no hablemos del TLC que ni se toca. Si El Salvador no produce, no hay trabajo y no hay consumo interno que beneficie la recaudación fiscal y no nos sigan ahogando con impuesto para todo. Hacienda y Economía son ministerios solo de...
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Anónimo
22/02/2017
20:45 pm
Ese 20% \'plus\' màs rico goza del temor del gobierno, quien a pesar de declararse de izquierdas, le reverencia y se le \'cuadra\', diciendo \'¡A sus órdenes mi capital!\'. Pues les permite la evasiòn tributaria, a esos pobres corderillos (lobos avorazados en verdad). Conocí el caso de una familia de ingresos medios. El gobierno los trasquilaba con impuestos voraces. Cualquiera diría que era lo justo, pero el \'detalle que faltaba\' es que solamente trabajaba uno de sus miembros, quien tenía que hacerse cargo de al menos 6 personas, incluyendo ancianos no asegurados y un niño con necesidades médicas frecuentes. Las facturas médicas fácilmente superaban el máximo deducible y dicha familia solo pasaba llena de deudas. No por lujos, sino por gastos médicos. Así, como dice Marvin, el gobierno NO conoce la situación de las familias salvadoreñas, ni de clases medias, ni pobres. Quita subsidios irracionalmente, fomentando aun más la brecha entre riqueza y pobreza extrema!
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Anónimo
22/02/2017
18:50 pm
A la par cabe un apendice que le podriamos llamar, La injusta eliminacion de los subsidios a los pobres reales, pues quien esta haciendo la seleccion de a quien no y a quien si, creo que solo conoce las condiciones de las familias Salvadoreñas por un papel, al cual creo que ya le metieron mano, para tal facultad deberia exigir el requisito de estar compenetrado de la realidad de cada familia.
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