El 9 de noviembre, en el Auditorio “Ignacio Ellacuría”, se llevó acabo la Cátedra de Realidad Nacional, con el título “El Salvador, ¿en situación límite?”. Para el análisis se contó con las ponencias de Héctor Dada Hirezi, economista; Carlos Ramos, sociólogo; y P. Rodolfo Cardenal, director del Centro Monseñor Romero.
Héctor Dada Hirezi tuvo a su cargo el abordaje de la situación económica del país. Al respecto, destacó que los problemas económicos actuales son producto de una serie de medidas ejecutadas en 1989: la apertura económica, la apuesta por las exportaciones para dinamizar la economía, la eliminación de impuestos al gran capital y a las grandes rentas (por lo que el IVA se convirtió en el impuesto principal), y la reducción del Estado para garantizar la inversión.
En ese marco, Dada explicó la importancia de abordar la realidad económica actual como “fruto de procesos”. Para él, “es obligatorio analizar estos procesos; si no, se cae en el populismo: oferta de soluciones simples a problemas complejos”.
Entre las principales problemáticas económicas, destacó el bajo crecimiento (que se observa desde 1997) y la crisis fiscal. “Estamos frente a un modelo agotado. Para salir del bajo crecimiento hay que reformar el modelo, y esto es una decisión política. Sin embargo, la mayor crisis que tenemos en el país no es solo salir del bajo crecimiento, sino salir del bajo pensamiento”, dijo Dada. A su juicio, por el momento, no hay posibilidades de construir propuestas concretas y aplicables.
Sobre la cuestión de la seguridad, el P. Rodolfo Cardenal inició afirmando que el país está en una guerra caracterizada por el aumento de homicidios, la pérdida del control de la situación por parte del Gobierno y el accionar de grupos de exterminio contra las pandillas. En su análisis, el jesuita criticó el gasto militar y la incapacidad de los voceros de la Policía para explicar el fenómeno de inseguridad y violencia. “Se limitan a decir que se debe a una interminable lucha entre las pandillas y a decir que estas son malvadas. Esto, en sí mismo, no explica nada”, afirmó.
Por otro lado, alertó sobre la pasividad de la ciudadanía y su incapacidad de escandalizarse y tomar conciencia sobre la gravedad de la espiral de violencia actual. “¿Cómo sería la sociedad salvadoreña el día que se terminen las pandillas a base de represión, violencia y brutalidad?, ¿qué tipo de humanidad tendríamos?”, cuestionó.
Cardenal planteó la necesidad de crear espacios para las víctimas, para conocer sus historias, escucharlas y dar paso a una “gran catarsis social”, con el fin de obtener ideas y propuestas que podrían “iluminarnos para salir de la locura”.
Finalmente, Carlos Ramos centró su análisis de la coyuntura política en la tesis de que existe una crisis de polarización paralizante. Para el sociólogo, a pesar de las expectativas que ha generado el surgimiento de nuevos liderazgos, no se vislumbra una ruptura del bipartidismo que caracteriza al sistema político salvadoreño.